La importancia de la decisión. Decisiones propias, libres o forzadas. La coerción del sistema social. La coerción desde el plano astral. Liberación del sistema. Quien gobierna el mundo?.
Madre de todas las ciencias
Si hay una Ciencia que merece la nominación como «Madre de todas las Ciencias», esta es, probablemente, la ciencia de la toma de decisiones. Todo lo que precisamos saber en este mundo, es, cuál sea la mejor decisión que podemos tomar a cada momento. Cualquier otra ciencia es secundaria, y deviene herramienta para ayudarnos en nuestro quehacer decisorio. Que hayamos sido mutados por extraterrestres, o quién haya sido nuestra encarnación anterior, o si realmente hayan existido Jesucristo, la virgen María o San Pedro, no revisten más que una importancia secundaria. Lo único importante es saber, en cada momento, primero: cuales son las posibles opciones estratégicas de actuación y de pensamiento. Y segundo: cuál de ellas elegir. Sin embargo, a lo que se ve, esta ciencia no ha sido suficientemente considerada, al menos ni siquiera encuentro que se le haya puesto un nombre específico, salvo en el karma-yoga de la tradición oriental.
La Ciencia de la manipulación
Tenemos dos enfoques principales: según se trate de que el objeto de estudio sean las propias decisiones del investigador (¿qué es lo que quiero?, ¿qué decisiones debo tomar para conseguirlo?), que se corresponde con el enfoque oriental, o se trate de las decisiones de terceras personas (qué decisiones deben tomar los Otros para que yo pueda conseguir lo que quiero?; o, cómo conseguir que otros decidan lo que yo quiero?) Este último enfoque, quizá, sea el predominante desde el punto de vista educativo-occidental (entendiendo la educación en su más amplio sentido). Por su propia característica necesita un modus operandi un tanto sigiloso, o sea: debe aplicarse sin que el destinatario tenga conciencia de que está siendo objeto de este tipo de artes. Y, desde luego, actúa en contra del enfoque kármico, incitando con la mejor sutileza posible para que el investigador no trabaje sobre sus propias intuiciones, sino que se deje conducir por las líneas de fuerza culturales. Entonces, el «sistema social», a través de la educación, la política, la publicidad etc. y de sus agentes endoculturizadores, intenta influir en el sistema de toma de decisiones (de creencias y de pensamiento) de cada individuo particular. Naturalmente, el «sistema social» es una abstracción compleja, y formado por la superposición de subsistemas locales (de tipo familiar, nacional, político, religioso, etc.) de manera que el individuo es influido o coaccionado, según el «subsistema cultural de refencia», que cuelga del sistema global, quien a su vez es gobernado por los Guardianes de la Matrix. La inducción se realiza tanto a nivel de Fines (¿qué quiero conseguir?) como de Medios (Know-How o estrategia técnico- racional) y de ética (Medios prohibidos o permitidos) Aquí confluyen varias disciplinas. Desde las más ortodoxas hasta otras de corte más ocultista o esotérico. Entre las primeras tenemos la publicidad, el marketing, el psicoanalisis, la hipnosis (todo ello amplificado por los medios de comunicación), aparte de la simple predisposición genética para asimilar las «sugerencias» de padres y educadores durante los primeros años de vida. La psiquiatría también aporta su granito de arena con drogas de diseño que modulan la formación de deseos y antideseos, la percepción de los peligros, la conciencia de pertenencia al grupo y, en suma, influyendo definitivamente en las decisiones tomadas. La investigación psiquiátrica tiene un evidente origen militar aunque, como en todos los campos, el «excedente» es derivado al área civil.
Consideraciones ocultistas
Pero los Agentes de la Matrix operan indistintamente en el plano material como en el astral, desde el cual pueden actuar, por inducción, en el sistema de deseos y según la ley de que «lo semejante atrae (y potencia) a lo semejante». (Y ruego paciencia al escéptico por introducir aquí de sopetón la hipótesis de los campos sutiles y astrales sin una introducción previa) Deseo y Antideseo conforman el campo gravitatorio terrestre y la esencia de la matrix. Y su aspecto astral, para subsistir, necesita de la base material-corporal de la cual extrae la energía solar transmutada por los órganos físicos. Buena parte de nuestros deseos y antideseos, de nuestra vida astral, viene implementada en el Hardware, digamos que animal: sexo, hambre, dolor físico, instinto maternal y otros instintos básicos… Y sobre éste soporte básico aparece una actividad astral muy propiamente humana: el deseo de fama, riqueza y poder. El deseo de ser «superior», de ser sabio, de ser Dios, o al menos, arrimarse todo lo posible a los «primeros puestos». Estos humanos deseos tienen su reflejo en el astral, que podemos imaginar habitado de formaciones de deseos de Poder espiritual que estimulan a su vez a sus homólogos encarnados en el físico y que les devuelven el alimento solar trasmutado.
Apeándose del mundo
La cuestión a investigar es si existe alguna estrategia decisoria conducente a una liberación del campo gravitatorio terrestre tanto en lo que concierne a la parte material como a la parte astral y trascender a un plano de existencia diferente; llamémosle Solar, Nirvánico, Gnóstico, o de cualquier otro modo que nos apetezca. Y esto es el objeto de investigación de la Filosofía Gnóstica, o del Yoga Real en cualquiera de sus formas. Dicho de otra manera, ( y volviendo al modelo de la toma de decisiones…) la cuestión es si podemos desarrollar un sistema decisorio independiente de las líneas de fuerza matrixiales. No quisiera trasmitir la idea de que los Guardianes sean algo esencialmente malvado o, incluso, prescindible. Digamos que tienen la función de mantener a cada cual en el nivel y modo de conciencia que le coresponde, hasta que decida abandonar la protección materna. Y en este caso, los guardianes se aseguran de que los interesados estén firmemente decididos a desligarse del campo gravitatorio. No estoy muy seguro de si conviene decir que existan «diablos» o criaturas esencialmente malas encargadas de dañar la evolución de las plántulas. O si, quizá, sea mejor pensar que todo se mantiene dentro de un orden. La decisión final, de lo que se trata, es de tomar decisiones que nos orienten hacia el campo gravitatorio solar o bien al campo terrestre.
La gestión de la Matrix
La Matrix tiene su complejidad, tanto desde el punto de vista técnico como el humano: Los aviones llegan a su destino, los ordenadores funcionan, la humanidad sigue su curso, con sus guerras, sus inventos, su cambio climático… La gente, por su parte, sigue su guión de vida, su psicología evolutiva, sus etapas de desarrollo biográfico. Unas experiencias tras otras, unas reflexiones tras otras, en el taller del tiempo… y la conciencia evoluciona, sigue una biografía, una evolución, donde unas creencias promueven unas decisiones. Estas a su vez conllevan experiencias que remodelan el sistema de creencias, que de nuevo provocan sus decisiones que llevaran a nuevas experiencias, y el ciclo sigue. Este proceso no se lleva a cabo de un modo aleatorio o desordenado. Los modos de conciencia se desarrollan en grupo, compartiendo sistemas de creencia muy similares y un «modus decisori» común, de modo que, en situaciones similares, los miembros de un mismo subgrupo cultural, adoptan decisiones similares y desarrollan consignas y discursos también similares. La «humanidad» en su conjunto sigue su propio guión biográfico. Con su repertorio de guerras y descubrimientos, genocidios, su civilización, sus diversos sistemas culturales, religiones, ciencia, tecnología, sus organizaciones políticas, su historia de las filosofías y de las ideas… En fin, que a pesar de todas las imperfecciones señaladas desde campos humanistas, pacifistas y ecologistas, uno se maravilla de que el mundo siga siendo mundo, de que los relojes funcionen, de que los aviones aterricen, de que la gente se organice en grupos para escuchar a sus líderes, para ir al fútbol o desplazarse de vacaciones en época veraniega. Los guardianes de la matrix serían, pues, también, los gestores, administradores, encargados de velar para que el mundo siga siendo mundo, y sirva, mejor o peor, como campo de experiencias vitales o vivero humano (granja humana 😉 ) Esto se consigue limitando el número de opciones decisorias estratégicas disponibles por los individuos. Un libre albedrío total seria caótico y la libertad de decisión queda constreñida a un número limitado de opciones.
Conclusión
Bueno, no me acaba de gustar como quedó el post. Quizá necesite un par de revisiones. Pero se me acumulan los posts, y las ideas y voy a tirar adelante. Ya lo iré corrigiendo sobre la marcha. Confieso que lo he desarrollado a partir de los recortes sobrantes del post anterior (sobre karma-yoga) y quería meterlos por algun lado…
################### ##Posts relacionados: ##
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