Segundas partes nunca fueron buenas dicen los criticos 😀 😀
Pero, en fin, me temo que le quedan muchas partes, o capitulos al blog. Quizá debiera decir que hasta ahora, más que una primera parte, ha sido una introducción. Lo dejaremos como una primera parte introductoria 🙂
He dejado caer unas pinceladas filosóficas, religiosas y biográficas, quizá sin demasiado orden, pero creo que han sido suficientes para crear el núcleo magnético del blog, y alrededor del cual se vayan configurando los próximos posts.
Creo que he ido superando el «miedo escénico» inicial que me producía escribir en una web-blog abierta al público y a los buscadores, y a pesar de la escasa probabilidad que uno tiene en el ciberespacio de ser detectado entre los millones de páginas disponibles.
Sin embargo me temo que todavía voy a continuar trabajando de modo Anónimo, o pseudónimo. La verdad es que la mayoría de personas que me conocen no tienen ni idea de lo que pienso, y tampoco me apetece que lo sepan en algunos círculos concetos. Tampoco he comunicado a nadie la existencia de este blog ni, por supuesto, mi autoría, aunque cualquier día pasará alguien que reconozca mi voz ;).
De modo que todos los visitantes llegan a través de los buscadores y «escaparates» de WordPress (sin nexos previos de amistad, parentesco o afinidad ideológica, vamos 🙂 )
Bueno, por supuesto, el Gran Hermano está al corriente de todo, junto con sus medianos. 😉
De todas formas, lo de la «segunda parte» se corresponde más con mi percepción o disposición subjetiva que con el contenido objetivo del blog. Quizá sea yo el que ha entrado en una nueva fase, al ritmo de las apremiantes radiaciones acuarianas.
En fin, llevo bastante tiempo lidiando con picapleitos, redactando instancias, recursos y similares y, bueno, el lenguaje jurídico me pone patas arriba toda la configuración neuronal. No sé qué horrible crimen he debido haber cometido en alguna encarnación anterior para terminar siempre enredado en líos jurídicos. Por más que intento delegar en algún abogado siempre terminan fallándose y no me queda otra que empollarme por mi cuenta la legislación y redactar las reclamaciones. La verdad es que suelo tener relativo éxito pero el tema es horripilante de por sí.
Así que, bueno, mientras dure la racha tendré que ir contando cualquier cosa para desahogarme y no perder el hábito blogueril…
¡Por favor no pierdas el hábito blogueril! 🙂
Me identifico contigo en que la gente que me conoce no tiene idea de lo que escribo, algunos ni siquiera que escribo algo y la gente muy cercana que lo sabe, no tiene el más mínimo interés en mis temas, jajaja, bueno más bien 😦
Qué bueno que vas a empezar esta segunda parte, ya quiero leer algo tuyo de nuevo.
Un abrazo 🙂
PD No pude entrar nunca al enlace que me enviaste, había que registrarse y nunca lo logré, además el mail no aceptaba respuestas, pero ya estamos otra vez en contacto 🙂
Gracias por los ánimos.
Esoy metido en otros lios que no me dejan pensar mucho en la blogosfera. Espero terminar pronto. Tampoco es falta de tiempo, pero las neuronas se me orientan a otro tipo de eventos…
La verdad es que tengo otro blog con otro nombre dedicado a temas mas políticamente correctos pero está tambien un poco abandonado… en fin
¿Por qué no pones la opción de suscribirse a tu blog por mail? así nos enteraríamos de cada vez que escribas algo (o al menos así lo prometen los de WP)
Oye, pues pensaba que eso del correo electrónico estaba un poco pasado de moda 😀 yo suelo seguir el lector de WP. Pero es buena idea. Ademas no todo el mundo tiene cuenta en WP
Abrazo 🙂
Yo, al contrario, nunca veo el lector de WP, pero recibo por correo avisos de los likes y comentarios a mis blogs de WP, así como de algunos blogs a los que estoy suscrita, creo que sí es buena idea, así nos enteramos de inmediato. Te mando un abrazo 🙂