
Intrigas palaciegas en la Sociedad Teosófica. Blavatsky aupa a Besant. Chakravarti «hipnotiza» a Besant. Besant contra Olcott. Besant contra Judge. El debate sobre la legitimidad de los mensajes precipitados y canalizados. Racionalizando las canalizaciones. Judge y Besant se separan. Leadbeater seduce a Besant. Éxito de Besant y Leadbeater. Escándalo por acusaciones de pederastia contra Leadbeater. Besant, presidenta de la Sociedad Teosófica.
Creo que he sido muy valiente intentando contar la historia de la sociedad teosófica en un par de post 😀 😀
La cuestión es que el tema resulta en sí bien interesante, pero hay mucha documentación a repasar, y versiones diferentes sobre el particular… no es fácil agarrar unos eventos históricos controvertidos, donde todo son supuestos, y supuestos sobre supuestos, y versiones sobre los hechos no siempre desinteresadas.
¡Pobre de mí, Yo solo quería hacer una breve introducción a Max Heindel!
Después de Blavatsky
A la muerte de Blavatsky el liderazgo de la sociedad parece condenado a repartirse entre Olcott (1832-1907) y Judge (1851-1896), históricos fundadores, por un lado, y Annie Besant (1847-1933), incorporada más tarde a la sociedad (1889) como ayudante administrativa de Blavatsky y aupada por esta última.

Besant (al igual que Blavatsky), porta un cierto romanticismo revolucionario, de mujer rebelde, socialista, idealista, amante de la India, crítica con la sociedad inglesa… pero, parece ser, no era psíquica. No portaba sensibilidad mediúmnica como su mentora y sus compañeros de la ST. Y ésto tenía su importancia, en una sociedad tal como la teosófica, vertebrada sobre las canalizaciones mediúmnicas de los Maestros. (Según comentan los propios interesados, Judge mantuvo sus contactos psíquicos con los Maestros al fallecer Blavatsky, mientras que Olcott perdió el contacto. Besant, por su parte, parece que necesitaba «ayudantes», como Blavatski, y más tarde Ladbeater y Chakravarti)
Cabe preguntarse en qué pensaba Blavatsky cuando aupó a Besant a las alturas teosóficas. O en qué pensaban los Mahatmas… pues es de suponer que eran Ellos quienes, en última instancia, dictaban a Blavatsky sus directrices.
Quien sabe, quizá los Maestros 😉 estaban un poco escamados de tanto psíquico y médium negativo, y de eventuales manifestaciones descontroladas de la kundalini en el personal.
Quizá se pensó premeditadamente en introducir nuevas savias capaces de liderar la ST y hacerla más cercana al ciudadano corriente…
Blavatsky comentó sobre Besant (a Judge):
“El nombre de Annie Besant es GENEROSIDAD Y ALTRUISMO, pero conmigo y para mí, ella es Heliodore, un nombre que le dio un Maestro, y es el que uso con ella, tiene un significado profundo. Es solo desde hace unos cuantos meses que estudia ocultismo conmigo en el grupo más recóndito de la S.E. (sección esotérica) , y sin embargo ha rebasado a muchos otros. Ella no es para nada psíquica ni espiritual, ella es todo intelecto, y sin embargo cuando está sola escucha la voz del Maestro, ve Su luz, y distingue su voz de la de D— .
Judge, ella es una mujer de lo más maravillosa, mi mano derecha, mi sucesora, cuando me vea forzada a dejarlos, mi única esperanza en Inglaterra, así como tu eres mi única esperanza en América” (Pelletier, The Judge Case, Cronología, p. 36)
Resulta evidente que Blavatsky sabía lo que se traía y que los Maestros (sea cual sea la interpretación que queramos hacer de ellos) estaban al corriente.

Y a pesar de todas las acusaciones recibidas posteriormente por Besant desde dentro de la ST: de fraude, de traición, de pervertir el espíritu de la teosofía original… a pesar de ello hay que reconocerle que hizo bastante bien su papel. Mostró un gran dinamismo, buenas dotes oratorias, capacidad de liderazgo… El número de seguidores teosóficos aumentó notablemente y su posterior acceso a la presidencia de la sociedad fue legitimado por buenas mayorías de simpatizantes.
Todo ello podría ser debido a la intervención de los “poderes oscuros”, desde luego… tal y como apuntan sus críticos desde dentro de la ST.
Se le acusaba (al menos por parte de Judge y sus seguidores) de ser víctima de los manejos de una “hermandad negra” radicada en la India, y que no veía con buenos ojos la difusión del conocimiento oculto en occidente. Hermandad representada por Chakravarti, un gurú hindú por el cual Besant se sintió subyugada durante un tiempo.
Sea como fuere, tras la muerte de Blavatsky, Besant se enfrenta primero a Olcott, acusándolo de comportamiento inmoral (alguna aventura amorosa) y más tarde se enfrenta a Judge, acusándole de falsificar las cartas de los Maestros.
Racionalizando las canalizaciones
Estas recíprocas acusaciones de fraude tienen su importancia, y conllevan su enseñanza.
Por supuesto, para el escéptico materialista, todo este tema de las comunicaciones de los Mahatmas es un fraude desde el principio al final. Una tomadura de pelo iniciada por Blavatsky y continuada con mayor o menor éxito por sus correligionarios. (véase, por ejemplo, el enfoque de Peter Washington, “el Mandril de Madam Blavatsky “)
Pero para el creyente, que cree que realmente existe una “fraternidad blanca”, de “maestros ascendidos”, que ocasionalmente contactan con un pobre psíquico elegido para comunicar a la humanidad sus enseñanzas… para estos creyentes, las reflexiones que se derivan de estas acusaciones recíprocas pueden ser como siguen:
1. Cuando dos o más canalizadores de Maestros se contradicen, o se acusan mutuamente de fraude, es señal inequívoca de que, efectivamente, al menos una de las canalizaciones es un fraude (cuando no las dos)
2. Aunque demos por válida la hipótesis de la existencia de la “Hermandad Blanca” que actúa a través de sus médiums escogidos… el mero hecho de que alguien afirme haber recibido una comunicación no prueba que sea cierta, no prueba que proceda directamente de la blanca hermandad; bien sea porque los entes canalizados pudieran estar tomando el pelo al médium, bien sea que el médium esté tomando el pelo a los buscadores.
3. Con lo cual, a la fe en los incorpóreos Maestros debemos añadir la fe en los corpóreos canalizadores, que es lo que deviene en cuestión realmente importante. ¿Porqué un buscador sincero habría de creer en cualquier médium-canalizador que afirme estar en blanco contacto con estas entidades?
4. Entonces, lo que realmente cuenta es cuáles puedan ser los criterios para decidir si un mensaje procede de los Maestros o, en suma, si un mensajero ha sido enviado por Ellos.
5. Paradoja a la vista, los Maestros no podrían usar mensajeros que a su vez den fe de otros mensajeros. Y si así lo hicieran, entonces habría que preguntarse quién da fe de los primeros… Por lo que, finalmente, resulta ser nuestro propio «maestro interior», real o metafórico, quien nos indica la credibilidad o la relevancia de un mensaje.
6. Cabe preguntarse de dónde procede la propia fe en la existencia de los Maestros. Y si no procede de la fe previa depositada en el mensajero. Esto es: que si creemos en los Maestros, es porque creemos en los mensajeros y no a la inversa… con lo cual el verdadero «objeto de culto» no es el Maestro sino el mensajero.
7. Otra reflexión a considerar es si nuestra fe en el mensajero, (y en sus mensajes), una vez reconocido este último, es incondicional. O sea: si damos por válidos todos los mensajes “canalizados” por un mismo mensajero reconocido o si, quizá, debiéramos sopesarlos, separando el trigo de la paja.
8. Esto nos coloca ante otra paradoja, y es que, si asumimos que un mensajero pueda equivocarse, lo realmente importante pasa a ser el mensaje, y nuestros criterios para valorar el mensaje. Entonces, lo mismo nos da la calidad intrínseca del mensajero, pues hasta los malos mensajeros podrían portar buenos mensajes. Bien sea que toquen la flauta por casualidad, o que simplemente se dediquen a copypastear textos o mensajes elaborados por terceros. El peligro está en que, tras detectar un par de mensajes auténticos procedentes de una misma fuente, demos por supuesto que todos los mensajes procedentes de esa misma fuente sean igualmente auténticos, relajando nuestra actitud crítica.
9. Finalmente, podríamos colocarnos en el pellejo de los mensajeros que, supuestamente, contactan directamente con los Maestros. Aquí toca valorar si realmente se está canalizando un mensaje de un Maestro auténtico o de otra entidad, “genio maligno”, hermandad negra, o como quiera llamarse. O sea, que el mensajero ante el Maestro, se ve condicionado con los mismos interrogantes que el buscador ante el mensajero. Pero, ¿Qué es un Maestro? ¿Cómo reconozco al Maestro, y cómo lo discierno de una aparición fraudulenta? ¿realmente mantengo contacto directo con un Maestro? ¿O el propio Maestro es, en sí, un «mensaje» procedente de un plano de la realidad cuya naturaleza íntima se me oculta?
Se podrían anotar más interesantes reflexiones, y derivadas de este modus operandi del Maestro–>mensajero–>buscador…
Lo que tenemos, en suma, es un sistema de transformación de información y energía, cuyo funcionamiento básico habrá que ir desentrañando.
Hay que valorar también, cuál es la relevancia práctica de reconocer un mensaje, o a un mensajero, como avalado por los Mahatmas:
Lo primero es ver si el mensaje contiene “órdenes” o guías de conducta directa. O sea que, por ejemplo, si entendemos que el mensaje procede directamente de los Blancos Maestros, entonces obedecemos la orden, la sugerencia, el consejo. Pero si entendemos que procede de las fuerzas oscuras, entonces, nos ponemos en guardia y nos negamos a ponerla en práctica.
Lo segundo: si se trata de cosmogonías o mapas de la realidad que guiarán nuestra conducta futura de modo indirecto, y, también, más imprevisible. Por ejemplo, si creemos en la reencarnación o en la superioridad de la raza aria ello tendrá su influencia genérica en subsiguientes decisiones, más o menos importantes.
Una tercera opción que concierne no tanto al mensaje como al mensajero es si, aparte de la información en sí, el mensajero se convierte en emisor, no solo de información, sino de energía, una energía capaz de promover cambios en el nivel de conciencia del destinatario, incluyendo incluso, por ejemplo, corrientes neuronales, o secreciones hormonales. Esto deviene, de hecho, en cuestión crucial, ya que esta energía sutil trasmitida por el mensajero (llámese carisma, don de gentes, magnetismo personal, hipnótico o como se quiera) es la que definitivamente va a favorecer la aceptación de la legitimidad de los mensajes.
Juegos de poder de los Maestros
Pero, en fin, sigamos en lo que estábamos, la sociedad teosófica, finales del S.XIX, principios del XX.
Como decía, tras la muerte de Blavatsky (1891), Besant acusa a Olcott de alguna “inmoral” aventura amorosa, presionándolo, (o chantajeando, no sé) para abandonar el cargo de presidente, en favor de Judge, que era vicepresidente. Tras una serie de dimes y diretes, dimite pero luego revoca la dimisión, y permanece finalmente en el cargo.

El siguiente ataque sería contra Judge, acusándole de falsificar las comunicaciones con los Maestros. Al parecer también fue un Maestro quien se comunicó con Besant y le pidió que emprendiera estas acusaciones contra Judge (1893), instándole en enero del 94 a renunciar a su cargo de vicepresidente (o a renunciar a su posible sucesión a la presidencia)
Una acusación, la verdad, bastante rebuscada:
Besant no decía que toda esa historia de los Maestros fuese falsa, no. Lo que decía era que Judge realmente se comunicaba con los Maestros pero “sólo” a nivel psíquico o telepático. La falsificación consistiría en que Judge dejaba entrever que los Maestros precipitaban las cartas (“precipitar” es una expresión que significa algo así como que las cartas se escriben solas, de una mano y pluma invisibles).
Y no parece que Judge hubiese dicho directamente que las cartas eran precipitadas, sólo que Besant, y otros, así lo habían creído.
Curiosa fue también la defensa de Judge. Judge, que era abogado y debía conocer bien esos vericuetos acusatorios, alegó que la ST, en sus estatutos, no abrigaba ningún dogma relativo a la existencia o inexistencia de los Maestros. Pero para juzgar el caso en cuestión era necesario que el tribunal interno de la Sociedad Teosófica se posicionase o bien a favor, o bien en contra, de la existencia de los Maestros, lo cual contradecía el espíritu constitucional de la ST.
Situación curiosa, digo, que permite a cualquier teósofo postularse como contactado, pero que no permite a la ST investigarlo.
Entonces, lo que se deduce, parece, es que era cierto que Judge imitaba la letra del Maestro, sin ninguna necesidad, ya que, como las comunicaciones eran telepáticas, la transcripción debería hacerse con la propia caligrafía de Judge.
En cualquier caso, Judge, en su defensa, aporta unas reflexiones interesantes sobre estos juegos de canalización de Maestros. (Las siguientes citas proceden de la circular citada en «The teosophical movement», pp 206-209, citada en la web de la fundación blavatsky, biografía de Besant)
Lo primero que la «precipitación» en sí, a pesar de sus connotaciones mágico-milagrosas no demuestra que el mensaje proceda de los Mathamas:
“Ellos [los mensajes] fueron obtenidos a través de mí, pero cómo hayan sido obtenidos o producidos no puedo decirlo. Pero puedo decir de nuevo ahora, como lo he dicho públicamente antes, y como fue dicho tan frecuentemente por H. P. Blavatsky, que siempre había pensado que era conocimiento común entre los Teósofos que han estudiado estos temas, que la precipitación de palabras o mensajes no tiene ninguna importancia y no constituye prueba alguna de la conexión con los Mahâtmas; todo esto es solamente fenoménico y no tiene el más mínimo valor. “
«Las ‘precipitaciones’ no prueban la existencia de los Mahâtmas, por la sencilla razón de que los simples médiums, que no son mahâtmas pueden hacer precipitaciones.»
O sea que, como decía antes, finalmente es uno mismo quien va a decidir la legitimidad de una comunicación, de un mensajero, o de un Maestro.
“ Respecto a si yo creo en los Maestros, Yo creo que los Maestros existen, que Ellos de hecho ayudan a la causa de la Sociedad Teosófica, que ellos energetizan y hacen fructífero el trabajo de todos los miembros sinceros; todo esto puedo decir por mi mismo que lo sé, pero el que yo pueda probar esto objetivamente a otro, que tales seres existen es imposible que lo haga basándome en lo que percibe mi inteligencia. ‘Las Cartas de los Mahatmas’ no prueban nada excepto al que las recibe, y sólo en caso de que en su naturaleza interior exista aquello que le permita probarlo, y el poder de discernir. Las ‘precipitaciones’ no prueban la existencia de los Mahâtmas, por la sencilla razón de que los simples médiums, que no son mahâtmas pueden hacer precipitaciones. Yo siempre he afirmado esto. Este asunto sólo puede ser juzgado por nuestra propia alma, y solamente por sus obras y actos puede uno juzgar al principio, si una persona u otra es un agente de los Maestros;
O sea que para poder discernir se hace necesario un «algo» interior. Quien carezca de ese «algo» podría dar por falsa una comunicación auténtica, o dar por auténtica una comunicación falsa. Pero, porqué no, también es posible, careciendo de ese «Algo», y por «casualidad» dar por cierta una comunicación auténtica. Con lo que tendríamos un, digamos que, «seguidor negativo» de un «mensaje positivo».
Como prueba y confirmación de que las comunicaciones pueden ser engañosas tendríamos el caso de la compañera Besant y Chakravarti:
“El nombre de la persona sobre la que se trabajó, para, de ser posible, usarlo como agente menor de los Magos Negros, y para influenciar a la señora Besant, es Gyanendra N. Chakravarti, un Brâhman de Allahabad, India, que vino a América por nuestra invitación al Parlamento de las Religiones de 1893.”
“Luego, a la señora Besant se le hizo que estuviese de acuerdo con esta gente bajo el engaño de que todo ésto estaba aprobado por los Maestros. Ella se consideraba a sí misma como su sierva”
“Ella fue inducida a creer que el Maestro endosaba la persecución [contra Judge], que él [el maestro] le ordenaba a ella que hiciera lo que hizo. Al mismo tiempo, sabía y le dije a ella que el plan que había allá era que el coronel Olcott renunciara cuando yo hubiese sido eliminado, y que entonces la Presidencia se la ofrecerían a ella. De hecho se le ofreció a ella, y se le hizo creer que era el deseo del Maestro”
Y la pregunta del millón:
“En algunas mentes ha surgido la siguiente pregunta: ‘¿Por qué los Maestros no se comunican directamente al mismo tiempo con el coronel Olcott y con todos los demás, a fin de detener toda esta perturbación, dándonos una clara comprensión de los acontecimientos que allane las dificultades?
Pero no es más que una extensión de la pregunta clásica: ¿por qué Dios, siendo justo y bueno, permite el mal y la ignorancia en el mundo?
La explicación de Judge me dejó boquiabierto:
«Sin embargo, hacer esto sería contrario a las reglas y peligroso para nosotros. La fuerza que se distribuiría por hacer esto, permitiría—a través de la ley de igual reacción—una cantidad similar de fuerza para la Logia Negra, la cual también tendría que mostrar así a aquellos que estuvieron involucrados. En consecuencia habría una mayor perturbación”
“Por lo tanto todos nos enfrentamos a la cuestión, de si permaneceremos del lado de los Maestros y de su Mensajera, o, con las fuerzas destructivas que se encuentran del otro, y que quieren destruir nuestra gran misión si tan sólo les damos la oportunidad. “
Es de perogrullo. Vamos, que sí, que todos queremos permanecer al lado de los «Buenos». El problema es que para reconocer a los «Buenos» debemos poseer internamente ese Algo, como bien reconocía Judge más arriba. Y si Dios, o el Maestro competente, no nos ha agraciado con tan preciado don, tampoco se nos puede pedir mucho más. Incluso aunque, por casualidad, nos coloquemos del lado de los buenos, porque, por ejemplo, beneficia nuestros intereses políticos o personales… ¿qué mérito tendría?
Después de su defensa, Judge recibió una comunicación del Maestro, que ordenaba la expulsión de Besant de la sección esotérica (grupo selecto dentro de la ST)
Besant respondió que no reconocía su autoridad, lo que término en escisión de la sección americana, que era la liderada por Judge.
Poco tiempo después, cosa de un año, muere Judge (corría el 1896), debilitado, según cuenta, por el excesivo trabajo, las críticas y… ataques astrales de magos negros…
Charles Webster Leadbeater (1854-1934)
Por estas fechas comienza a hacerse visible Leadbeater, sus primeros artículos y libros y sus investigaciones psíquicas. Escribe sobre la reencarnación, investigando las supuestas vidas pasadas de, entre otros, de Olcott. Escribe algún libro sobre la vida de los marcianos, química oculta del átomo y edades pasadas de la tierra, la Atlántida, Lemuria, etc. Algunos de estos enfoques se fueron demostrando como falsos, dejando de editarse por el grupo Adyar, o eliminando párrafos conflictivos de siguientes ediciones de sus herederos de Adyar.
Charles Webster Leadbeater
En cualquier caso la popularidad de Leadbeater va aumentando, así como su cercanía con Besant. Hacia 1901-1902 realiza exitosas giras por Estados Unidos, época en la que posiblemente, Max Heindel acudiría a alguna de esas charlas (ver próximo capítulo)
A medida que Besant se acerca a Leadbeater se distancia de Chakravarti, quien, por otra parte, trata de separarles. Más tarde, hacia 1904, Chakravarti también recibe una comunicación de los Maestros que lo proponen para presidente de la sociedad.
En 1906 estalla el asunto sobre el comportamiento sexual de Leadbeater. Al parecer enseñaba a los jóvenes teósofos, hijos de teósofos, a masturbarse, incluidas «lecciones prácticas». El propio Leadbeater parece que reconoce los hechos. Alega, sin embargo, que lo hacía para protegerles de un mal mayor: las relaciones sexuales con mujeres.
La doctrina ocultista clásica predicaba los valores de la castidad (como en otras órdenes cristianas). Ahora bien, tenemos varios niveles de castidad: el absoluto, que incluye castidad de pensamiento y por supuesto la abstinencia de masturbaciones y relaciones sexuales.
Sin embargo, como diría Pablo, “el espíritu es animoso, pero la carne es débil “, y también: “mas vale casarse que abrasarse”; la lectura de Leadbeater era de que más vale masturbarse que vivir envuelto en pensamientos lascivos día y noche. Pero también que más vale masturbarse que tener relaciones con mujeres (con las que, por cierto, parece ser que no congeniaba mucho).
Lo que no queda muy claro, y no sé si se lee entre líneas, es si entendía que las relaciones homosexuales también eran un mal menor respecto a las heterosexuales. Nunca había leído nada semejante, pero ahora que lo pienso explicaría algunas cosas, como la promoción de la homosexualidad (y la pederastia) entre algunos grupos religiosos, y especialmente la iglesia católica, de moda últimamente).
De modo que se entremezcla el “amor al prójimo” con la atracción homosexual hacia los compañeros, especialmente los mas jovencitos. Por otra parte, como se cargan las tintas demonizando a las mujeres, fuentes de perdición y pecado y tal y cual… se interpreta el desinterés homosexual por las mujeres como un valor espiritual y, finalmente, se defiende la relación homosexual como un mal menor frente a la heterosexual.
Sea como fuere, estas historias no sentaron muy bien en la Sociedad Teosófica y precisamente en momentos en que Leadbeater se hacía popular y atraía a mucho público.
Fue sometido a un juicio interno y forzado a dimitir.
Besant mantuvo una actitud oscilante. Primeramente le defendió, luego se separó de el (coyuntura que fue aprovechada de nuevo por Chakravarti) y finalmente continuaron trabajando juntos, especialmente a partir de 1907 que Annie Besant se hace con la presidencia de la ST.
Esto se produce poco después de la muerte de Olcott, en febrero de 1907. Por cierto, hubo quien vio (y quien no pudo ver nada) a los Maestros materializándose en su lecho de muerte, y dictándole una carta, unas indicaciones póstumas. Entre otras cosas, parece ser, los Maestros comunicaron a Olcott su deseo de que Besant fuese su sucesora en la presidencia de la Sociedad. También dijeron que debía pedir perdón a Leadbeater, y readmitirle. A Leadbeater junto con otro colaborador, de la cuadrilla de Besant, Jinarajadasa. Todo ello ante el escepticismo de ciertos sectores de la sociedad teosófica, el vicepresidente Sinnet entre ellos que, más tarde, al asumir Besant la presidencia, le sería retirado el cargo, en «justo castigo» por haber puesto en tela de juicio las supuestas manifestaciones Mathámicas.
Una vez la presidencia en manos de Besant, adquirida por notable mayoría, y a falta de otros candidatos, comienza una nueva etapa en la historia de la Sociedad, donde Leadbeater recuperará el protagonismo perdido, al igual que los Mahatmas, que continuarán enviando sus cartas al grupo de los citados Besant y Leadbeater por muchos años.
Más tarde habrá que volver sobre Besant y Leadbeater, y el siguiente capítulo de la ST.
De momento quedarnos con que las líneas de fuerza manejadas por Blavatsky, proyectadas sobre Besant, y sobre Leadbeater, continuaron su camino hacia Max Heindel, que contactó con Leadbeater en una conferencia en California.
Algunas fuentes
Espero ir completando las referencias sobre la Sociedad Teosófica. De momento comentar que la principal fuente ha sido la Fundación Blavatsky. Dispone en su web de monografías bastante completas y documentadas sobre los protagonistas de la historia. El enfoque no es exactamente objetivo, encomia la obra de Blavatsky y Judge, criticando duramente a Besant y Leadbeater, y al grupo de Adyar en general:
http://www.fundacionblavatsky.org/textos/portal/alumnos/besant.html
http://www.fundacionblavatsky.org/textos/portal/alumnos/Judge%20,%20William%20Quan.html
http://fundacionblavatsky.blogspot.com
Al enfoque materialista-escéptico le voy siguiendo la pista a través del libro de Peter Washington, citado antes.
Me falta profundizar en el enfoque del grupo de Adyar. Tienen una buena base documental en:
http://sociedadteosofica.es/?page_id=34
Pero uno se pierde entre tanto libro.
Quizá sea interesante, en relación con el hilo que voy siguiendo, las cartas a Leadbeater de loa Maestros:
http://sociedadteosofica.es/nuevaweb/wp-content/uploads/2015/07/Jinarajadasa_Cartas_KHaLeadbeater.pdf
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