Max Heindel en California. Conoce a Augusta, la Sociedad Teosófica, Ledbeater. Carta a Leadbeater. Separación de la ST. Relaciones de Heindel con la ST.
Bufff, a ver si soy capaz de continuar con el hilo, de esta nueva saga. Demasiadas preocupaciones mundanas 😉 me tienen un poco desconectado del tema, que por otra parte se estaba yendo por las ramas y complicándose un poquillo…
Recapitulemos…
Estábamos en que en un momento dado de mi guión, llegaron a mis manos unos libros de Max Heindel. Quería hacer unos comentarios sobre su obra, que, por otra parte, tampoco es que fuese uno de mis gurús favoritos, pero aparece estratégicamente bastante bien situado en el panorama esotérico S. XIX y XX.
Entonces, para contextualizar su obra, comencé a repasar su biografía, y para contextualizar su biografía, comencé a repasar la historia de la Sociedad Teosófica de la cual surgió. Comencé con Blavatski, los Mahatmas, y todo el lío con la Besant y el Leadbeater.
Por una parte, estupendo, era necesario darle un repasico. Por otra no se si me voy desviando demasiado del hilo autobiográfico.
Pero, en fin, me he metido en esto yo solico y habrá que darle salida 🙂 .
California
Como decíamos, Max Heindel llega a California donde contacta con la sección local de la Sociedad Teosófica. Conoce a Leadbeater y a la que será su esposa y colaboradora Augusta Foss. Al menos según las memorias publicadas por Augusta, en otras biografías los años y lugares bailan un poco.
Aquí quería pegar una carta que Max Heindel envía a Leadbeater ya que resulta un tanto relevante en lo que se refiere a su interés y evolución espiritual.
Debería correr el 1901, o sea, a los 36 años de Heindel.
Señor C. W. Leadbeater
Estimado Señor:
Antes de que usted se ausente de California, deseo expresarle mi
agradecimiento por sus conferencias, a todas las cuales he asistido con gran beneficio para mí mismo.
La curiosidad me llevó a escuchar su primera conferencia; su
manifestación de que todo ser humano tiene dentro de sí facultades
clarividentes –que yo razoné me beneficiarían personalmente– me impulsó
a asistir. La segunda conferencia, a la que asistí con la esperanza de
adquirir alguna información, sobre cómo desarrollar este muy deseado y
apetecible poder, advertí que usted nos dijo que esta facultad no debería
ser usada con fines egoístas –interiormente me sentí frustrado– y entonces
pensé qué beneficio podría recibir el hombre si no podía hacer uso de este
poder para sus propios intereses.
Al día siguiente fui a la biblioteca y pedí “El Plano Astral”, que era precisamente el plano que yo necesitaba encontrar, sobre dónde uno podía
ir y con provecho para uno mismo, aprender los secretos de las otras
personas. Sin embargo, no pude obtenerlo – el bibliotecario no tenía
ningún ejemplar ni para prestar ni para vender; estaban agotados.
En cambio adquirí Karma y Reencarnación de la Señora Besant, y
cuando los hube leído comprendí porqué los poderes ocultos deben ser
usados reverentemente para ayudar a la humanidad y no para beneficio
personal. Vi que yo tenía un sitio en este gran plan cósmico y me pareció
algo tan real que no necesité de ningún argumento. Creí todas las palabras
que leí y mi disposición mental era por cierto muy distinta de lo que había
sido en las dos primeras conferencias, de modo que me presenté a oír su
conferencia sobre Reencarnación.
Desde entonces, he estado literalmente devorando Teosofía y la he
puesto en práctica en mi vida, suspendiendo el uso de tóxicos y el tabaco,
aunque no supe, hasta el día siguiente, que esto constituía uno de los
preceptos de Buda y, para el peor de los casos, la verdad es que fui un
hombre sensual y embustero y nunca había tenido la idea de que yo podía
ayudar, o de que mis pensamientos podían hacer daño, o podía alejarlos,
pero cuando descubrí cómo podía controlar mis pensamiento, me dispuse
con el constante propósito de lograrlo y me regocija decir que mis horas de
vigilia transcurren muy a menudo, libres de pensamientos obscenos; si yo
pudiera decir otro tanto con mis horas de sueño, por cierto sería muy feliz,
pero no tengo dudas de que por el persistente esfuerzo pronto los habré
eliminado, especialmente porque hace pocos días he empezado de haber
leído sus argumentos expuestos en “Vislumbres de Ocultismo”.
Espero que mi extensa carta no le haya cansado, aunque no es ni la
décima parte de todo lo que desearía decirle si pudiera hallar las palabras
para expresarme. Es maravilloso para mí, aunque apenas pueda
comprenderlo, de que yo, que creía ser un simple gusano de la tierra y que
creía en la muerte por toda la eternidad una vez que moría, ahora se que
vivo para siempre. No se admire de que me sienta completamente
agradecido y de que sienta la necesidad de expresar mi gratitud a usted,
que abrió mis ojos al elevado y noble destino que se abre frente a mí.
Una vez más le doy las gracias y que Dios lo Acompañe.
Sinceramente suyo.
Max Heindel
(Aparecido en el The Theosophist del mes de febrero de 1907 y transcripto por el Coronel Olcott).
Bueno, es evidente que el interés de Heindel por el tema espiritual y esotérico se le despertó en el contexto de la ST y de la mano de Leadbeater. Algún antecedente tendría pero, al menos, no era una vocación que vendría arrastrando desde joven. Como él mismo se confiesa, sensual, embustero y sin aspiraciones espirituales.
Desconozco las circunstancias bajo las que se produjo el distanciamiento de Heindel de la ST, junto con su mujer. La cuestión es que Heindel ostentó el cargo de vicepresidente de la sección californiana durante tres años, hasta 1905 cuando, según la biografía oficial, abandona la ST por problemas de salud (?). Problemas que no le impiden, por otra parte, iniciar una gira de conferencias por su cuenta.
Bueno, qué quieres que te diga, lo de la enfermedad suena a educada excusa para ocultar posibles desavenencias internas, como en todas las buenas familias, incluidas las espirituales. Y tampoco es que sea ningún delito tratar de minimizar posibles conflictos, pero algunos siempre vamos buscando el morbo de los malos rolletes 😉 (necesario, por otra parte, para entender adecuadamente el hilo histórico y el contexto dentro del cual se desenvuelven las líneas de fuerza gnóstico-esotéricas ).
La cuestión es que en un momento dado, Heindel y su mujer trabajaban con independencia de la ST, dando conferencias, al parecer con relativo éxito.
Por cierto, que Augusta tambien abandona la Sociedad Teosófica tras una enfermedad (?) lo cual no le impide, igualmente, comenzar a trabajar en el proyecto de Heindel. Hacia el 1910, calculo, año en que se casan, por otra parte.
En «Filosofía rosacruz en preguntas y respuestas, pregunta nº 145, se aborda este tema de las relaciones de la rosacruz heindeliana con la Sociedad Teosófica, y más concretamente con el «templo teosófico de la rosacruz» (Orden del templo de la Rosacruz, OTRC) fundado en 1912 por Besant, Marie Russak (que más tarde ingresará a AMORC, junto con Spencer Lewis) y Wedgwood (este último también envuelto, al igual que Leadbeater, en acusaciones de pederastia).
Máx Heindel plantea la relación con la ST como cordial y respetuosa con sus miembros más relevantes, siempre dentro de ciertas diferencias. Diferencias que parecen referirse, principalmente, al papel de las filosofías y metodologías orientales, que Max Heindel desdeña completamente, mientras que la teosofía las considera complementarias. Señala, como dato a considerar, que una gran cantidad de ejemplares del «Concepto Rosacruz del Cosmos» fue comprado por teósofos, tanto a título particular, como por las logias oficiales teosóficas. En un artículo oficial teosófico Besant (Besant creo que fue) le larga unos buenos piropos:
«No queda pues, sino una sola conclusión sostenible: que Max Heindel dice la verdad cuando dice que visitó el Templo de la Rosa Cruz, que allí fue él Iniciado en los Misterios y le fueron dadas las enseñanzas contenidas en el Concepto Rosacruz del Cosmos, el cual le fue ordenado publicar y promulgar.»
Pero estamos adelantando acontecimientos. Volvamos al otoño de 1907, cuando Max Heindel viaja a Europa y conoce a Rudolf Steiner y entra en contacto con los «Hermanos Mayores de la Rosacruz»
Ando un poco flojillo de publicaciones últimamente, así que lo dejo para el próximo posti.
Referencias:
«Memorias de Max Heindel y la Fraternidad Rosacruz», Agusta Foss de Heindel
«Filosofía Rosacruz en preguntas y respuestas», Max Heindel
Gracias, yo estoy empezando a leer sus libros, espero tu investigación se mantenga así, simple, ordenada y sincera, seguiré leyendote. ¡Saludos!
Gracias a tí Konstantin.por la visita y comentario.
Sí, supongo que sí que seguiré por aquí como hasta ahora
Salud