
Vamos allá con el segundo Upanishad.
Katha upanishad
Nachiketas era el hijo de un brahaman quien, deseoso de obtener beneficios espirituales, ofrece sacrificio a Brahma.
Entre los presentes a sacrificar se encuentra su propio hijo Nachiketas.
Ésto da que pensar a Nachiketas: primero lo absurdo de los sacrificios como medio de ganar los favores de Brahama.
”Malditos seguramente son los mundos a donde va un hombre que ofrece en sacrificio vacas que han bebido agua, comido heno, dado su leche y son estériles.”
Segundo: lo absurdo de la vida humana: vivir para ver dos telediarios y morir. Así una generación tras otra.
“Voy a la muerte como cabeza de muchos que todavía tienen que morir y con muchos que ahora están muriendo. ¿Cuál será la obra de Yama (el soberano de los fallecidos) qué hoy tiene que hacer conmigo?
”Miro al pasado y observo lo que ocurrió a los que vinieron, miro al futuro y observo lo que ocurrirá a los que tienen que venir. El hombre mortal madura como el maíz y, como el maíz, brota de nuevo.”
(Por cierto, ¿El maiz no era originario de América? 🤔 )
La Vida-Maya es, ante todo, una Escuela. Nuestras experiencias vitales van modelando nuestra conciencia, nuestras inquietudes, nuestros anhelos.
La perspectiva de una Vida que no tiene otro desenlace que la Muerte nos da que pensar, acerca del «¿para qué vivimos?» Y, «¿qué pasa después de la muerte?»
La cercanía de la muerte, propia o de seres queridos, nos pone en contacto con el mysterium tremendum de la humana existencia, estimulando nuestro instinto de búsqueda del oculto significado de la vida.
Nachiketas se dirige a Yama, la muerte personificada, a fin de investigar el asunto.
Yama le concede tres deseos, a la carta.
El primer deseo formulado por Nachiketas es muy humano, la prolongación de la vida. O la postergación de la muerte. Su padre ya no le sacrificará.
El segundo, muy humano también, la Inmortalidad. Un deseo muy recurrente entre el homosapiens que busca la seguridad de prolongar la existencia más allá de la muerte.
“En el mundo celestial no hay miedo alguno, pues tú no moras allí, oh Muerte. En ese reino nadie tiene que llegar a la vejez. Allí no hay hambre, ni sed, ni dolor. Todo es gozo en ese mundo.
”Tú conoces, oh Muerte, el sacrificio del fuego que nos conduce al cielo; revélamelo, pues mi corazón rebosa de fe. Aquellos que viven en el reino celestial alcanzan la inmortalidad; éste es, pues, mi segundo deseo.”
Qué pueda ser ese «sacrificio del fuego» se me escapa, pero se asemeja a una tecnología, un know how, una receta.
El deseo le es concedido. Nachiketas aprende a conocer «los mundos infinitos, escondidos en el corazón del hombre»
[…]
«Escoge ahora, pues, tu tercer deseo.”
Nachiketas dijo finalmente: “Hay una duda que surge en mí cuando muere un hombre. Algunos afirman que su alma también muere y otros dicen lo contrario. Esto me gustaría conocer; si tú me lo muestras, éste es mi tercer deseo”.
No parece que tenga mucho sentido este tercer deseo, después de concedido el segundo. Quizá haya que entender que se refiere al posmortem de las personas que no alcanzan la inmortalidad en vida. El texto es ambiguo; a veces parece que el tercer deseo se refiere a una simple explicación verbal de lo que ocurre al morir, otras veces parece que vuelve al primer deseo, de alcanzar la inmortalidad.
La Muerte respondió: “En este punto incluso los dioses han dudado. No es un tema fácil de comprender. Te ruego que escojas otro deseo, oh Nachiketa, no me obligues a responderte”.
”Pide cualquier deseo, por difícil que sea de obtener entre los mortales, pídelo según tu deseo: bellas doncellas con carros e instrumentos musicales… Tales deseos ciertamente no son alcanzados por los hombres, solamente por aquellos a quienes yo permito obtenerlos. Pide lo que te plazca, pero no preguntes acerca de la muerte.»
La respuesta de la muerte es significativa: el estado posmortem dista mucho de ser evidente, entendible o explicable. ¿ qué es lo que es eterno e inmutable?
Finalmente la Muerte sigue con sus explicaciones relativas a como alcanzar la inmortalidad, la liberación, la Unión con Brahama. Quien no la alcance en ésta vida «tendrá que tomar otro cuerpo en los mundos de la creación»
Y:
lo que le sucede al Ser después de la muerte:
”Unos entran en el vientre de una mujer para tomar un cuerpo como seres orgánicos y otros entran en la materia inorgánica según sus obras pasadas y su conocimiento.
”Aquél, la Persona Suprema, que permanece despierta en nosotros mientras dormimos, dando forma a nuestras visiones, aquél en verdad es lo Radiante, aquél es Brahma; a él solo se le llama el Inmortal»
Se dice que mediante técnicas hipnóticas es posible sacar a la luz cualquier experiencia oculta en el inconsciente. Incluso experiencias de vidas pasadas. ¡Pero también es posible insertar recuerdos falsos! ¡También es posible modificar la memoria biográfica de un persona haciéndole creer que ha vivido experiencias que nunca tuvieron lugar, o hacerle creer que es alguien diferente de quien en realidad es!
Así pues, la aludida «reencarnación» es un concepto a coger con pinzas, como ya comentamos en los capítulos de Max Heindel. No me extraña que la pobre Muerte se resistiese al tercer deseo de Nakiketas 🙂 …
###
O sea, que algo hay inmortal, aunque quizá no sea lo que comúnmente entendemos por «yo», o por «mío». Nuestro cuerpo, evidentemente, no sobrevive. Nuestro cerebro tampoco. ¿Nuestros recuerdos? Hummm, suponiendo que sobreviva algo, el cambio resultante de la pérdida de nuestro querido cuerpo físico y nuestro querido cerebro habría de ser tan brutal que difícilmente podríamos seguir aseverando que somos el mismo (o «lo» mismo). Claro que algo similar ocurre con los cambios que experimentamos a lo largo de nuestras vidas. ¿Somos el mismo «Yo» con 5, con 20 o con 50 años? ¿Qué es lo que marca la continuidad? ¿La memoria? ¿Los recuerdos que van hilvanados en un hilo biográfico común? Pero, incluso, la mayor parte de los recuerdos se pierden. No me atrevería a poner cifras… ¿un 90%? ¿Seríamos capaces de recomponer un 10% de nuestra biografía al detalle? Sin embargo sabemos que cada minuto de experiencia vital impacta en nuestra conciencia, se almacena en el «inconsciente» y nos influye en lo que actualmente somos. Por no hablar de las memorias inventadas o tergiversadas por nosotros mismos.
Oops!
Le di a publicar sin querer, se quedó medio Katha pendiente. ¡Qué peligroso es ésto! 😀 😀
Bueno, ya continuará…