Maxwell y el electromagnetismo. Estereotipo del científico «rarito». La confluencia del electromagnetismo con la tradición ocultista. Fohat, electricidad cósmica. Electricidad y Teosofía. La terminología científico-electromagnética en el discurso espiritual-esotérico. PsicoElectroMagnetismo.
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Maxwell y el electromagnetismo
James Clerk Maxwell, 1831-1879, matemático escocés, sintetizó los estudios de electricidad y magnetismo de la época. Se basó principalmente en la obra de Faraday, Coulomb y Ampere. Armó una consistente teoría electromagnética, demostrando, entre otras cosas que:
– Los campos eléctricos y magnéticos siempre van indisolublemente unidos: Un campo eléctrico variable genera un campo magnético variable. Y un campo magnético variable genera un campo eléctrico variable. De modo que se retroalimentan mutuamente.
-Estos campos son perpendiculares entre sí y se van propagando en una dirección que, a su vez, es perpendicular a ambos. Ambos van en fase, de modo que cuando uno es máximo o mínimo, el otro también lo es. Su modelo de propagación se corresponde con el de una onda; Y, lo más importante, su velocidad de propagación es de 300.000 kmts/seg, igual que la de la luz que, a partir de entonces pasa a ocupar el lugar de caso particular de onda electromagnética.
En el próximo post a ver si hago un desarrollo más amplio de las ecuaciones.
Perfil de «inventor chiflado»
Su perfil personal se identifica con el estereotipo del «inventor chiflado». O mejor dicho, científico marginado, acosado y bullyingneado por sus conpañeros. Se le describe como tímido, religioso, con particular sentido del humor. Un poco tartamudo, hablando en voz baja y descuidado en el vestir, no le faltaron pues, problemas con sus compañeros, que le colgaron el apodo de «Dafty», chiflado.
«Ellos nunca me entendieron pero yo sí los entendía a ellos», comentó en alguna ocasión refiriéndose al acoso.
Mostró desde joven buenas dotes matemáticas e inventivas que le abrieron las puertas de la universidad. Incluso fue finalmente recibido por la reina Victoria, quien, según se dice, se aburrió enormemente con sus disertaciones y se negó a otorgarle alguna distinción nobiliaria.
Es éste un perfil que se irá haciendo bastante usual entre físicos y matemáticos que, abstraídos y concentrados por descubrir los «profundos misterios del mundo físico» desarrollan un tipo de conciencia que trasciende la realidad cotidiana y que no pasa desapercibida entre sus congéneres. En general, podría pensarse que toda la energía mental invertida sobre la investigación científica se recorta de ciertos quehaceres y habilidades cotidianos y teniendo como resultado final personalidades atípicas o excéntricas, que no se «centran» en algunos convencionalismos intrascendentes, como pudiera ser el vestir, los «buenos modales», o las conversaciones banales.
Por supuesto, el hecho de que alguien sea un poco rarito no implica necesariamente que porte especiales cualidades intelectuales; más bien parece que pueda ser la dedicación intensiva en una esfera intelectual la que, quizá, promueve personalidades excéntricas. Que dicho trabajo intelectual tenga finalmente resultados exitosos dependerá de las aptitudes personales, pero también de otros factores, quizá un tanto aleatorios.
Influencias
Su trabajo fue continuado por Hertz, quien consiguió algunas demostraciones experimentales que avalaron sus planteamientos matemáticos. Pero la cuestión que daría más guerra en el futuro fue el descubrimiento, la demostración, de que la velocidad de la luz es una constante, independiente del sistema de referencia, o de la velocidad del sistema de referencia. De aquí partirá el desarrollo de la teoría de la relatividad de Einstein.
- «La teoría especial de la relatividad debe sus orígenes a las ecuaciones de Maxwell del campo electromagnético.» [Einstein, en New Scientist, Vol. 130 (1991), p. 49]
Maxwell (1831-1879) fue contemporáneo de H. P. Blavatsky (1831-1891) y en una época en la que, desde diversos enfoques, se tiende a un acercamiento, una síntesis, entre religión, ciencia y ocultismo. Un acercamiento que comenzará a darse de forma un tanto tímida, pero persistente.
Confluencia con el pensamiento ocultista
Con la electricidad y el magnetismo, la física se va adentrando en terrenos cada vez más próximos al ocultismo o, al menos, a la constatación de realidades sutiles, y/o que trascienden la materia. El descubrimiento de Maxwell acerca de la naturaleza electromagnética de la luz será completado más tarde con las «esotéricas» teorías relativistas y cuánticas de, entre otros, Plank y Einstein, acercando áreas de interés entre física, filosofía y mística, muy especialmente la filosofía mística oriental.
Maxwell cristiano negacionista
Sin embargo, el discurso místico-cristiano de Maxwell, la verdad es que no me resulta muy elegante, un tanto convencional, y parece bastante disociado, o lejano, de lo que pudiera ser un buen «cristianismo científico». En cualquier caso, aparece cierta predisposición a combinar su vocación científica con su fe cristiana, (al final pego una colección de textos religiosos de Maxwell).
Como curiosidad, su rechazo de la teoría de Darwin sobre la evolución. Al parecer pensaba que, puesto que las moléculas de hidrógeno permanecen constantes, invariables, al cabo de millones de años, pues, éso, que no existe evolución. Lo cual no entra al meollo del asunto, pues aunque las moléculas permanezcan constantes la evolución se refiere a otros niveles, formas y movimiento de las estructuras moleculares. En cualquier caso, también los átomos se fusionan en reacciones nucleares, no son eternos, se transmutan en energía o en otro tipo de átomos (de helio, caso del hidrógeno), lo cual se desconocía en tiempo de Maxwell.
Pero, quien sabe, quizá fue precisamente su cristianismo conservador y adaptado quien le ayudo a integrarse en las esferas académicas de la época. Una religiosidad demasiado herética no habría hecho más que complicar sus investigaciones y su aceptación en círculos académicos. Mira por dónde, puro darwinismo social 😉
Teosofía, Electricidad y Fohat
Por lo que se refiere a la parte ocultista, la teosofía ya seguía con interés los avances en el campo científico de la electricidad, la cual se relacciona con el concepto ocultista del Fohat, apodado en los escritos teosófico-ocultistas como «electricidad cósmica». Los dos primeros tomos de «la doctrina secreta» de Blavatsky refieren unas 90 veces a la electricidad, incluso cita un par de veces a Maxwell:
«En 1882, el Presidente de la Sociedad Teosófica, el Coronel Olcott, fue criticado por asegurar en una de sus conferencias que la Electricidad es materia. Tal es, sin embargo, la enseñanza de la Doctrina Oculta. “La Fuerza”, “la Energía”, pueden ser nombres más a propósito para ella, mientras la ciencia europea sepa tan poco respecto a su naturaleza verdadera; sin embargo es materia, del mismo modo que lo es el Éter, puesto que es atómica, si bien a varios grados de distancia de aquél. Parece ridículo argüir que porque una cosa es imponderable para la Ciencia, no pueda ya ser llamada materia. La Electricidad es “inmaterial” en el sentido de que sus moléculas no se hallan sujetas a la percepción y al experimento; sin embargo, puede ser (y el Ocultismo dice que es) atómica; y por lo tanto, es materia. Pero aun suponiendo que fuera anticientífico el hablar de ella en tales términos, desde el momento que la Ciencia llama a la Electricidad fuente de Energía, o simplemente Energía y Fuerza, ¿en dónde existe una Fuerza o Energía que pueda concebirse prescindiendo de la materia? Maxwell, un matemático y una de las mayores autoridades en cuestión de Electricidad y sus fenómenos, dijo hace años que la Electricidad era materia, y no meramente movimiento. “Si aceptamos la hipótesis de que las substancias elementales están compuestas de átomos, no podemos evitar la consecuencia de que la Electricidad también, tanto positiva como negativa, está dividida en partes elementales definidas, que se conducen como átomos eléctricos” . Nosotros vamos aún más allá, y aseguramos que la Electricidad no solamente es Substancia, sino que es emanación de una Entidad, la cual no es ni Dios ni Diablo, sino una de las innumerables Entidades que rigen y guían nuestro mundo, de acuerdo con la eterna ley del Karma.
La doctrina secreta, I
Bueno, lo planteo a título de ejemplo. Quizá en otro momento nos metamos a comentar en profundidad los puntos de vista teosóficos del Fohat y su relación con la electricidad. Tarea un tanto compleja a la vista de la inherente confusión conceptual. Blavatsky no conocía los aspectos científicos de la electricidad, y la propia ciencia eléctrico-química no había hecho más que comenzar a desarrollarse. El electrón se descubrió muy a finales del siglo XIX, en el 98, más o menos, por lo que la cita de Maxwell queda un poco desactualizada. Y por lo que al debate respecta, de si la electricidad es materia o qué es, todo depende de lo que se entienda por materia. La electricidad, según el enfoque científico, serían electrones en movimiento. Y si consideramos los electrones como parte integrante del átomo entonces, en cierto modo, la electricidad sería «atómica», esto es: material. (Aunque, sin embargo, no quedaba dicha la última palabra sobre si el electrón realmente tiene masa o es pura energía o si oscila entre ambos modos de existencia).
Pero otra cosa es la onda electromagnetica, matematizada por Maxwell. Esta sí que es una realidad energética que se independiza del átomo, viajando en el «vacío»… No es «atómica», y quizá habría que decir que no es materia, aunque todo depende de donde pongamos los límites conceptuales. Finalmente Einstein nos dirá que materia y energía son esencialmente lo mismo, directamente convertibles la una en la otra, con lo que el debate en cuestión adquiere otro matiz. La masa-energía, o energía-masa que se cuela a través de nuestros instrumentos de medición es un ente-Objeto que siempre se va a contraponer al ente-Sujeto que lo domestica.
Bueno, de momento nos basta con constatar, como decía, las aproximaciones entre ocultismo y ciencia, entre teososofía y ciencia, y cómo la electricidad, los fenómenos electromagnéticos, parecen situarse en una zona fronteriza, apuntando hacia la misteriosa energía Fohat 😉, o electricidad cósmica. Citando de nuevo a Blavatsky:
«El Universo Manifestado, por lo tanto, está informado por la dualidad, la cual viene a ser la esencia misma de su Existencia como manifestación. Pero, así como los polos opuestos de Sujeto y Objeto, de Espíritu y Materia, son tan sólo aspectos de la Unidad Una, en la cual están sintetizados, así también en el Universo Manifestado existe “algo” que une el Espíritu a la Materia, el Sujeto al Objeto.
Este algo, desconocido al presente para la especulación occidental, es llamado Fohat por los ocultistas. Es el “puente” por el cual las Ideas que existen en el Pensamiento divino, pasan a imprimirse sobre la Substancia Cósmica, como Leyes de la Naturaleza. Fohat es así la energía dinámica de la Ideación Cósmica; o considerado bajo su otro aspecto, es el medio inteligente, el poder directivo de toda manifestación, el Pensamiento divino transmitido y hecho manifiesto por medio de los Dhyân Chohans, los Arquitectos del Mundo visible. Así, del Espíritu o Ideación Cósmica, viene nuestra Conciencia; de la Substancia Cósmica los diversos Vehículos en que esta Conciencia se individualiza y llega al yo, a la conciencia de sí mismo, o conciencia reflexiva; mientras que Fohat, en sus manifestaciones varias, es el eslabón misterioso que une la Mente a la Materia, el principio vivificador que electriza cada átomo para darle vida.» (La doctrina secreta, I, proemio)
La terminología científica electromagnética en el discurso esotérico
Poco a poco, la terminología científica (y más precisamente la terminología referida a los fenómenos electromagnéticos) se irá haciendo un sitio en el discurso esotérico-ocultista: Campos vibratorios, campos de fuerza, radiaciones espirituales de alta frecuencia, magnetismo, etc. etc. serán ampliamente utilizados en el venidero discurso teosófico-ocultista-rosicruciano y sus variadas ramificaciones, para referirse a supuestas realidades espirituales e intangibles.
Hay un problema con todo ésto, y es que no queda muy claro si todas estas denominaciones, pretenden ser algo más que elegantes metáforas.
Quiero decir que, cuando se habla por ejemplo de la radiación gnóstica, o radiación espiritual de una determinada frecuencia, en principio, se está estableciendo una comparación metafórica entre la «Radiación espiritual» y la profana radiación electromagnética científica. Pero, así como las ondas electromagnéticas de una determinada frecuencia pueden ser medidas, o generadas, con la tecnología apropiada, no ocurre lo mismo, no parece, con la radiación espiritual. En principio, que sepamos, no existe un aparato que sirva para medir, o generar a placer las «radiaciones espirituales», de distintas frecuencias. Las que pueda emitir una persona, un Gurú, o una comunidad religiosa reunida en un templo, por ejemplo…
¿O quizá sí?
Nuestro Sol, emite un espectro electromagnético catalogado por la ciencia oficial. Si, aparte de ello, emite otro tipo de radiación, o energía Gnóstico-Solar capaz de estimular la conciencia humana, es de suponer que sea una Radiación, una energía, de una naturaleza diferente a la conocida por la física contemporánea. O sea, una energía que, en principio, no podría medirse en Julios (sistema internacional), y una Radiación que no podría medirse en función de su longitud de onda en milímetros, o su frecuencia en Herzios y su velocidad en el vacío en km/seg.
Estaríamos, por tanto, ante una comparación metáforica. Una comparación metáforica que viene a insinuar que, así como la radiación electromagnética Maxweliana es una energía/información invisible, intocable, independiente de la materia, y que nos rodea, que nos atraviesa, que la tenemos «más cerca que los pies y las manos«, así también la radiación espiritual transporta información y energía de tipo espiritual, que nos envuelve, nos atraviesa, nos impregna, «más cerca que los pies y las manos«, en palabras de San Pablo.
Igualmente podemos echar mano del concepto de frecuencia de la onda vibratoria y extrapolarla al campo espiritual con el sentido de que, a mayor frecuencia, mayor «calidad» de la radiación-vibración del «frente de onda» espiritual. Podemos decir entonces que diferentes personas viven en una conciencia espiritual de diferente frecuencia. Podemos decir también que «Cristo» es un centro emisor de ondas electromagnéticas de cierta frecuencia. O podemos decir que, cada persona, para evolucionar espiritualmente, necesita una frecuencia vibratoria determinada, ni mayor ni menor. Las bajas frecuencias bloquean el desarrollo del afectado, mientras que altas frecuencias pueden chamuscar su sistema nervioso.
Y luego tenemos el concepto de «campo magnético», un campo de líneas de fuerza, que provocan reacciones de atracción, repulsión y orientación entre los elementos a él sometidos. Nos permite hablar de atracción y repulsión magnética entre dos personas, entre una persona y una organización, entre una persona y una Idea. Y aquí seguiríamos con la metáfora, la comparación entre la atracción física y magnética de un imán y la atracción espiritual que una persona puede sentir frente a un Maestro, una idea, un libro, o un movimiento espiritual.
No tenemos instrumentos de medida para comprobar qué tipo de «líneas de fuerza» emanan de una persona o de una reliquia espiritual.
Todo este sistema metafórico da mucho de sí, y vuelve el discurso espiritual mucho más atractivo, elegante, y de acuerdo con la época moderna. Sin embargo, el mero hecho de adornar un discurso místico-esotérico con terminología científica no lo vuelve más científico, ni prueba su veracidad. Lo vuelve más sugerente, éso sí, y muestra una cierta vocación de fusionar ciencia y espiritualidad.
Pero todavía quizá le falte un par de trechos para, dejando de lado la metáfora, convertirse en un sistema auténticamente científico donde la Energía Espiritual pueda ser tratada y medida en un laboratorio científico, e integrada en un sistema teórico, matemático y conceptual con el resto de energías reconocidas.
PsicoElectroMagnetismo
Pero, después de todo, quién sabe, quizá la relación entre la Energía científica medida en Julios, y la Energía espiritual no sea tan metáforica.
No olvidemos que nuestro sistema nervioso funciona a base de impulsos eléctricos que podrían ser afectados por un campo electromagnético de intensidad y frecuencia x e y. Por tanto, teóricamente al menos, podría afectar al nivel de conciencia, incluso propiciar experiencias místicas, de modo similar al efecto de algunos alucinógenos. De hecho está comprobado que, estimulando eléctricamente ciertas áreas cerebrales, del lóbulo temporal, se propician igualmente estas experiencias.
Se ha referido igualmente una correlación entre la actividad solar, las tormentas solares y la actividad cerebral. Incluso se apunta a la relación de la actividad solar con la conciencia de tipo místico similar a la promovida por el peyote (!), me refiero por ejemplo a los estudios de Dieter Broers, popular hace unos años a cuento del efecto «2012» y las esperadas tormentas solares y cataclismos asociados. Aparte creo que se dedicaba a investigar el posible efecto terapéutico de los campos electromagnéticos en el sistema nervioso central.
Entonces, la naturaleza de una radiación capaz de promover percepciones místicas pudiera no ser demasiado diferente de las radiaciones artificiales. Aunque así casi parece que nos perdemos todo el romanticismo asociado al camino espiritual.
Este último aspecto, los efectos de la electricidad en el cerebro, también aparece comentado por Blavatsky:
«Por medio de Fohat, se imprimen en la Materia las ideas de la Mente Universal. Puede lograrse alguna ligera noción referente a la naturaleza de Fohat, por la denominación de “Electricidad Cósmica”, que algunas veces se le aplica; pero en este caso, a las propiedades conocidas de la Electricidad en general, deben añadirse otras, incluyendo la inteligencia. Es interesante hacer observar que la ciencia moderna ha llegado a la conclusión de que toda cerebración y actividad del cerebro son acompañadas por fenómenos eléctricos. (Blavatsky, La Doctrina Secreta, I)
Por supuesto, no estoy recomendando la exposición a campos electromagnéticos experimentales, como tampoco la ingesta de alucinógenos para una investigación espiritual, todo ésto lo planteo a título de curiosidad. Si una auténtica radiación gnóstica emitida por el logos solar tiene como reflejo una actividad eléctrica en el sistema nervioso de los interesados, o una actividad bioquímica en su sistema sanguíneo, eso no quiere decir que, forzando la citada actividad electrobioquímica, los efectos vayan a ser equivalentes, o reversibles, forzando la emisión gnóstico-solar en cuestión. Quiero decir que la actividad del Logos se presupone que interrelaciona armónicamente, de modo holístico, todos los elementos implicados. La actividad experimental individual, por muy interesante que pueda ser, es para cogerla «con pinzas».
LITERATURA
http://creyentesintelectuales.blogspot.com.es/2012/06/james-clerk-maxwell.html
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Gracias por su difícil claridad y por redespertar intereses por la ciencia, el saber y la filosofía, sobre todo el primero un poco dormido.
Gracias a ti por el comentario y los ánimos, ya pensaba que con esta nueva saga científica iba a perder las cuatro visitas que me quedaban
😀
saludos
No, la importancia de una página no reside en el número de lectores. No creo que abunden mucho los aficionados a recibir información científica. Debe ser como pescar algunos peces raros. Los profesionales científicos creerán no lo saben todo y que pocos ya pueden enseñarles algo. La mayor parte de la población española no es amante de la ciencia que requiere cierto nivel de comprensión, que no sea puro entretinimiento. Si a ti y alguno más les interesa lo que escribes, como lo escribes, no echarás en saco roto tu trabajo. Verdad es que hay que ser paciente y creer en lo que haces, la importancia de ello no depende de lo que un puñado de personas decidan seguir o no seguir. Lo importante es que tú tienes conocimientos que a mí me hubiera gustado en otro tiempo tener, pero de química en bachillerato, pasé a letras en COU. Sin embargo, nunca me ha dejado de intersar la ciencia en todos sus ámbitos. Pero mis acercamientos son inconstantes y veleidosos. A mí, como dije, tus artículos sobre electromagnetismo me ha magnetizado
Gracias, gracias, era broma lo de las visitas 😃. O medio broma. En principio no escribo para conseguir visitas o seguidores. Escribir escribo desde siempre, ya antes de que se inventara la Internet y los blogs, y los diarios se quedaban encerrados en un cajón, y no pasaba nada, supongo que es una forma de terapia o de organizar ideas, o de “pensar en voz escrita”.
Pero cuando colocas los artículos en la web, en modo publico, aunque sea anónimo, aunque no recibas más de 4 visitas, aunque no lo visite nadie, solo la probabilidad de que alguien pase y lo vea, algo ocurre, casi que te vuelves más “responsable” o constante o te motiva un poco más… Y también que el discurso tiende a modularse en función de la imagen que te formas del hipotético auditorio, para bien o para mal, no sé, el cerebro es así de rarito…
Salud
Donde dice no quise decir creen que lo saben todo…y a magnetizado. El punto final, Saludos,
No sé quién eres Isar, pero por tu empeño en divulgar el interés por las ciencias de la naturaleza, y hacerlo en los términos que le son propios, mereces algo más que solo un aplauso.
Felicidades y mucho ánimo. Seguro que hay gente interesada por tu iniciativa.
Gracias, gracias por los ánimos, espero volver pronto al temario cientifico-natural..