
Nosotros, hermanos de la fraternidad de la Rosa-Cruz, dispensamos nuestras oraciones, otorgamos nuestro amor y saludamos cortésmente a todos los que lean nuestra Fama con una intención cristiana. (Fama Fraternitatis, Cassel, 1614)
Nosotros, delegados del colegio principal de los Hermanos de la Rosacruz, hemos venido visible e invisiblemente a esta ciudad, por la gracia del Altísimo al que se vuelven los corazones de los Justos, a fin de librar a los hombres, nuestros semejantes, de error mortal.
Advertimos al lector que conocemos sus pensamientos, que si su voluntad es vernos únicamente por curiosidad, nunca se comunicará con nosotros; pero si su voluntad le lleva realmente a inscribirse en el registro de nuestra Confraternidad, nosotros, que juzgamos los pensamientos, le haremos ver la verdad de nuestras promesas…
No damos la dirección de nuestra morada, ya que los pensamientos unidos a la voluntad real del lector serán capaces de hacer que nos conozca y que le conozcamos».
(Cartel anónimo en París, 1623)
***
Hace algunos años tuve un curioso sueño, curioso y gracioso a la vez, que me impresionó por la viveza de sus imágenes y atmósfera de película cómica.
Soñé que me encontraba en una fiesta, o lunch, organizada por el Secretario de la Gobernación. Y allí estaba yo charlando animadamente con el señor ministro al calor de unas copas de champán.
Situación un tanto surrealista, pues ni yo suelo ser una persona especialmente locuaz ni, mucho menos, acostumbro a relacionarme con semejantes personajes y de tan alto standing. Al contrario, me desenvuelvo en un avatar, más bien introvertido, con un fuerte componente anarquista y «rebelde».
El Sr. Secretario estaba supercontento conmigo, y estaba celebrando el haber concluido con éxito una complicada investigación que le había llevado varios años de esfuerzo.
El objetivo de la investigación era yo 😁 , y había puesto una docena de agentes del servicio secreto espiándome e interviniendo mis comunicaciones por la sospecha de que yo pudiera estar trabajando para alguna organización criminal, o algún país extranjero. La guerrilla, la Mafia, el narcotráfico, los rusos, los chinos, Alqaeda, quién sabe…
Finalmente, tras varios años de esfuerzo, las sesudas investigaciones dieron su fruto:
Habían descubierto que yo era un miembro «liberado» de la RosaCruz. Pero lo de «liberado» no se refería a haber alcanzado la liberación nirvánica. Tampoco en el sentido de recibir un sueldo de la organización. Sonaba más bien como miembro oculto o secreto.
Me desperté todo sonriente, siguiendo la cómica onda expansiva del sueño y examinando retrospectivamente cual había sido mi relación con la etiqueta «RosaCruz».
Miembro formal de alguna orden rosicruciana yo no era, y menos aún liberado. Pero sí que, he recibido influencia rosicruciana y, esencialmente, mi Filosofía vital así como la filosofía que emana de este blog, porta una importante carga rosicruciana, (por si alguien no se había dado cuenta hasta ahora).
Pero, ¿qué es eso de la «RosaCruz «? ¿Quienes son, o quiénes pretenden ser los rosacruces? ¿Y qué tienen que ver conmigo? ¿Habrá una única Filosofía RosaCruz? ¿Seré por casualidad hijo, o heredero, bastardo aunque solo sea 😉 , de alguna ramificación rosicruciana?
Me puse a dar vueltas a estas cuestiones, y otras similares, y en este contexto fue que comencé a escribir mis memorias, a fin de aclarar ideas.
Hasta ahora he ido desarrollando las líneas básicas de evolución de mi pensamiento filosófico, desde la cuestión ufológica, el Jnana-yoga, Herman Hesse, la Biblia, Evangelios Cristianos, Upanishads, Blavatsky…
Con Max Heindel ya empezamos a entrar en materia rosicruciana, nominalmente al menos, luego saltamos a la Ciencia y el pensamiento racional y matemático…
Ahora creo que toca dar un repaso a «la» RosaCruz, propiamente dicha, ambientada, principalmente, en mis dos o tres primeros años de estudiante universitario. No sé, a ver cómo me arreglo…