Maledicencia y Crítica
«Veamos los efectos de la maledicencia: Principia con el mal pensamiento, y esto en sí mismo es ya un crimen. Porque en todas las personas y en todas las cosas existe el bien y el mal. A cualquiera de éstos podemos prestarle fuerza, pensando en él, y por este medio ayudar o estorbar la evolución; podemos hacer la voluntad del Logos o trabajar en contra de ella.
El tema de la crítica resulta muy recurrente en la praxis espiritual, y en el discurso de líderes espirituales. Pero, como siempre, no exento de contradicciones.
Volvemos a retomar el hilo de lo comentado en el capítulo de la tolerancia. Los conceptos van relacionados: la intolerancia lleva a la crítica, la crítica a la maledicencia, y de ahí a la crueldad.
Criticando a los críticos
Todos los gurús, buenos o malos o mediocres, que se exponen públicamente con doctrinas extrañas, o al menos no muy ortodoxas, se exponen a importantes respuestas críticas, contra su persona y contra su doctrina.
No es de extrañar, por tanto, que estos mismos gurús se muestren muy críticos con los críticos.
Pero resulta también, que estos mismos gurús, en sus prédicas doctrinales, se muestran igualmente críticos contra todo y contra todos. Contra el pecado y la ignorancia, cualquiera que sea el enfoque doctrinario. Excepto, es de esperar, contra sí mismos.
Todos hemos sido víctimas, en mayor o menor medida de críticos y de críticas, sabemos cuán dolorosas pueden ser y no podemos menos que suscribir buenamente cualquier discurso anticríticos.
Pero, cuando analizamos un discurso anticrítica de un líder espiritual, en su adecuado contexto, comprobamos que, generalmente, la crítica que se proscribe es, precisamente, la crítica contra la persona del líder, sus doctrinas y sus lugartenientes.
Toda doctrina asume, en mayor o menor medida, de modo más o menos explicito, que «el mundo está mal», «la humanidad va por mal camino», «el líder está bien» «el líder ayudará a enderezar los caminos hacia el Bien».
El líder ha de ser de ser crítico con la desviada humanidad, sí o sí. No parece que pueda ser de otra manera.
El líder comienza descalificando la crítica en general pero continúa criticando a los pecadores, a los rezagados, los no-despiertos, los ajenos al culto… también a los miembros de la congregación que no son lo suficientemente diligentes.
Con lo cual, una buena parte de la sugestión en contra de la crítica se anula, y, subliminalmente, lo que perdura, es la sugestión de que lo único que no es criticable es la propia figura del líder.
La contradicción crítica
La condena de los críticos encierra ya, desde el principio, una contradicción interna difícilmente superable. Y es que si condenamos, o criticamos, a los críticos, entonces nosotros mismos nos estamos convirtiendo en críticos, en críticos de los críticos, que también deben ser condenados. Pero si descalificamos al crítico que crítica a los críticos, precisamente por criticar, entonces queda descalificada su crítica, con lo cual queda anulada igualmente la descalificación del crítico que descalificaba a los críticos.🤯 😜
Nuestro sistema neuronal no puede asimilar semejante contradictorio discurso en su forma literal. Lo que queda finalmente es que el líder, siendo bueno, puede criticar a todo el mundo, y por el propio bien del mundo. El verdadero pecado es la crítica contra el líder, o sus lugartenientes, o su organización burocrática, crítica que no puede proceder más que de personas malvadas e ignorantes…
Es una configuración bastante frecuente en comunidades sectarias. La prohibición de criticar al líder, al mismo tiempo que la aceptación sumisa de las críticas que el líder pueda hacer tanto a sus seguidores como, por supuesto, al resto del mundo. Basta con que el líder critique a alguien o algo para que los seguidores hagan lo propio, replicando y amplificando la crítica inicial.
Liderazgo: oficio difícil
La verdad es que los pobres líderes, en cualquier campo, religioso, artístico, político o cultural, no lo tienen muy fácil, se ven expuestos a las miradas, y por ende a las críticas, de miles de personas que, antes o después, pueden terminar por quemarlos (aunque algunos se les ve que les va la marcha y no dejan el oficio ni de coña 😈).
De modo que, si queremos líderes, del tipo que sean, y posiblemente sean necesarios, no está de más un pequeño esfuerzcito por cuidarlos 😉, siempre sin perder el control, sabiendo que no son perfectos, que están al servicio de la comunidad, y no la comunidad al servicio de ellos.
Y por supuesto, no hay que creerse todo lo que dicen. Se trata de una estrategia eminentemente práctica. Los buenos líderes portan una envidiable capacidad de persuasión y de aglutinar a su alrededor cientos y miles de seguidores que, lo cual, sin embargo no va parejo a sus capacidades técnicas y logísticas.
La maledicencia y sus consecuencias
«Si pensáis mal de otro, cometéis tres iniquidades a un tiempo:
1a Llenáis el ambiente que os rodea de malos pensamientos en vez de buenos, y así aumentáis las tristezas del mundo.
2a Si en el ser en quien pensáis existe el mal que le atribuís, lo vigorizáis y alimentáis; y así, hacéis peor a vuestro hermano en vez de hacerlo mejor. Pero, si generalmente el mal no existe en él y tan sólo lo habéis imaginado, entonces vuestro maligno pensamiento tienta a vuestro hermano y lo induce a obrar mal, porque, si no es todavía perfecto, podéis convertirlo en aquello que de él habéis pensado.
3a Nutrís vuestra propia mente de malos en vez de buenos pensamientos, y así impedís vuestro propio desarrollo y os hacéis, a los ojos de quienes pueden ver, un objeto feo y repulsivo, en vez de bello y amable.
No contento con hacerse todo este daño y hacerlo a su víctima, el maldiciente procura con todas sus fuerzas que los demás participen de su crimen. Les expone con vehemencia su chisme, con la esperanza de que lo crean, y entonces los convencidos cooperan con él, enviando malos pensamientos al pobre paciente. Y esto continúa día tras día, y no lo hace sólo una persona, sino miles. ¿Veis ahora cuán bajo, cuán terrible es este pecado? Procurad evitarlo en absoluto. No habléis jamás mal de nadie; negaos a escuchar a quien os hable mal de otro, y decidle, afectuosamente: «Tal vez eso no sea verdad, y, aunque lo fuese, es mejor no hablar de ello».
Bien, vale, sí. Suena estupendo.
Pero estudiémoslo más despacio.
Aparte de las convencionales consideraciones éticas propiamente dichas hay un interesante enfoque ocultista de la maledicencia y la crítica.
Aspectos esotéricos de la crítica
Como siempre que nos metemos en terrenos mágicos y esotéricos hay que ir con cuidado, sin perder el norte, sin olvidar que pueden ser hipótesis no demostradas, que no vayan más allá de un simple modelo explicativo.
Veamos cuáles son los presupuestos esotéricos del párrafo seleccionado:
1. » si pensáis mal de otro … llenais el ambiente que os rodea de malos pensamientos … y aumentan las tristezas del mundo»
Esto viene a decir que nuestra actividad mental y emocional se transmite, por algún mecanismo mágico-esotérico al resto del universo. Quiero decir que se trasmite por un mecanismo diferente al de expresión corporal.
Entonces, si tenemos «malos pensamientos», como dice el autor, llenamos el ambiente de malas vibraciones, que se van expandiendo en todas direcciones y aumentamos las tristezas del mundo.
No es la primera vez que sale este asunto de un mundo etérico y astral, por el cual circulan energías de tipo igualmente etérico y astral (ver por ejemplo el capítulo de «Jerarquías astrales»).
Cuando pensamos, bien o mal, influimos en estas corrientes energéticas, para bien o para mal, según la calidad de nuestro pensamiento.
Estas corrientes etéricas, por las leyes que sean, por los caminos que sean, influyen en la conciencia de los demás. Más concretamente, influyen en el pensamiento y las emociones. Y, a su vez, inversamente, camino de ida y vuelta: pensamientos y emociones influyen en las corrientes astrales.
Digamos que hay una especie de «respiración astral» a través de la cual se inspiran energías astrales que influyen en la conciencia, y son transformadas y devueltas, expiradas, de nuevo, hacia el circuito astral.
No es muy evidente, a primera vista, si estas corrientes astrales, influirían en las personas que tenemos cerca con mayor intensidad que las que están lejos. O quizá intervienen leyes diferentes a las correspondientes al mundo de las energías físicas.
En principio, según el texto, parecería que sí, puesto que habla del «ambiente que nos rodea». Pero también con una cierta libertad de movimientos espaciales, con la facultad de incidir en el campo de respiración de personas más distantes.
En cualquier caso, como decía, para hablar de canales astrales de influencia tenemos que excluir toda influencia informacional. Si tengo pensamientos puros, o negros, se los puedo trasmitir a los demás por la mirada, la expresión de la cara, el tono de voz, etc. Pero eso, en principio, nada tiene que ver con un canal de transmisión esotérico.
O quizá sí, si consideramos que la línea divisoria entre la información y la energía queda un poco difuminada, especialmente en contextos astrales. Por ejemplo, si consideramos que toda emisión de información a través del cuerpo va acompañada de su correspondiente emanación etérico-astral, aunque luego sigan caminos independientes, con alcances también independientes.
La emanación astral, pura y llanamente entendida, sería aquella puesta en circulación por un ermitaño aislado del mundo, o una congregación de monjes en un recóndito valle del Himalaya, o un secreto ritual de magia negra.
¿Llegarán a influir sus pensamientos sobre el resto de la humanidad por los vericuetos ocultos que sean?
Puede que sí, o puede que no. Pero si lo hace será sin mediación de contacto físico e informacional, por corrientes astrales puras y duras.
Por cierto, que la denominación «astral» debe venir literalmente de los astros, o planetas, que también ponen en juego su doble astral, su circulación astral que afecta periódicamente al cuerpo astral humano, y por ende, a su siquismo. Pero eso no nos importa ahora.
Max Heindel (cito un párrafo más abajo) hablará de «mundo del deseo», dando a entender que se trata de energías similares a los deseos. O sea, imágenes reflejo del mundo material, impregnadas de fuerzas de atracción y repulsión.
2. «Si en el ser en quien pensáis existe el mal que le atribuis lo vigorizais y lo alimentais.» «Y si no, …. Vuestro maligno pensamiento tienta a vuestra hermano...».
Aquí tenemos algo más. No se trata solo de que nuestro pensamiento, bueno o malo, se trasmita al astral y de ahí a todos los demás, para bien o para mal.
Según el texto, cuando pensamos algo malo de alguien, el pensamiento le afecta especialmente a la persona a la cual se refiere dicho pensamiento.
Y ésto nos complica el modelo mágico-esotérico. Porque, digamos, es como si el pensamiento colocado en el conducto astral, llevara impresa la dirección del destinatario.
Es decir: fabrico un mal pensamiento asociado, por ejemplo, al terrícola H-427j 😉. El pensamiento genera una vibración que es colocada en el conducto astral y trasmitida al cuerpo astral del objetivo referenciado. La vibración incide por tanto en su microsistema de pensamientos, deseos y emociones alterándola en el sentido señalado.
Nótese que, según este planteamiento, la vibración astral puesta en circulación resultaría inocua, o casi, para los siete mil y pico de millones de habitantes del planeta, y que sólo incide en el destinatario. O al menos incide con mayor intensidad en el destinatario que en los demás.
No digo que no sea posible, sólo que tengamos en cuenta de lo que se está hablando.
En ciencias ocultas se comenta mucho el axioma de que «lo semejante atrae a lo semejante». Entonces, si ponemos en circulación un pensamiento, o un pulso astral, asociado a una persona concreta, entonces, en virtud de la citada ley, la vibración emitida, se trasladará directamente al cuerpo astral de esa misma persona, con la cual guarda la comentada semejanza, pasando inadvertida para los demás.
Bueno, también podríamos suponer que el pulso astral se dirige, no únicamente al destinatario principal sino a otras personas interconectadas con el destinatario principal. Así, un pensamiento negativo asociado a H-427j se transmitiría también a sus amigos y conocidos induciéndoles en su psiquismo la replicación del pensamiento negativo.
Digamos, por ejemplo, que cuando H-500i piensa sobre su amigo H-427j, el pulso negativo previamente introducido en el sistema etérico-astral, detecta la afinidad con H-427j y se arrima igualmente al campo de respiración etérica de H-500i, modulando e influenciando su pensamiento.
Vamos, que sin darse cuenta muy bien cómo, los pensamientos y recuerdos de H-500j sobre H-427j vienen modulados e influenciados por el patrón negativo inicialmente introducido en el sistema astral.
Esto resulta especialmente relevante cuando los patrones se refieren a líderes, ya que son vivificados por un número de personas especialmente numeroso. También cuando la crítica y maledicencia es puesta en circulación por un líder, ya que esta es asumida y replicada igualmente por miles de seguidores convencidos.
La clave vibratoria personal
Otra cosa es ver cómo las leyes que rigen el funcionamiento de los circuitos de corrientes astrales, determinan una correspondencia entre la persona concreta, (H-427j en nuestro caso) y el pulso vibratorio.
Cuando decimos que pensamos en alguien estamos establecido una correspondencia biunívoca entre la persona concreta, su apariencia exterior y su reflejo en nuestro interior. Una correspondencia que se establece, en principio, a nivel subjetivo.
Pero ¿qué relación objetiva hay entre la persona real y su reflejo en mi mente? ¿El borroso recuerdo de su cara, o de su voz? ¿El recuerdo de su camisa o de su coche? ¿Donde queda la identidad, o la esencia de la persona sobre la cual estoy pensando?
A pesar de todo, nosotros sabemos que esos pensamientos van asociados a esa persona.
Podemos intentar reforzar la intensidad de nuestros pensamientos, relajándonos, entrando en «alfa», intentando visualizar con mayor nitidez los rasgos de su cara, o recordando alguna escena pasada.
Pero, realmente, ¿Que relación existe entre nuestra actividad psíquica asociada a esa persona y la persona misma.
¿Alguna clave o patrón vibratorio se trasmite, se interconecta, desde la apariencia exterior de la persona hacia el pensamiento-recuerdo en el perceptor? ¿Una clave o patrón vibratorio que sea la esencia individual de, por ejemplo, H-427j?
Entonces, esa clave vibratoria individual se transmitiría de la esencia de H-427j a la apariencia, apariencia perceptible, y de la apariencia al pensamiento del perceptor.
Pero, el pensamiento del perceptor, asocia la clave principal a otro tipo de patrones vibratorios… El modelo general sería «Yo pienso/siento X de/por «Y». O sea: «Y» es la esencia de la persona acerca de la cual se piensa algo. «X» es lo que se añade a Y, a la esencia de la persona. A través del mágico acto de pensar/sentir/desear se pone en circulación el tándem XY, un código vibratorio personal asociado a un patrón añadido.
Pongamos por ejemplo que se dice: «H-427j es comunista». Aquí H-427j es la Y de la ecuación. X aparece, en principio, como un aspecto puramente intelectual que puede ser verdadero o falso, o en general, probable. Y también un segundo aspecto que puede ir más o menos explicito según el contexto. Por ejemplo, en este caso puede ir asociado a que «odio a los comunistas» o «temo a los comunistas» o «amo a los comunistas». Luego puede ser cierto o no que H-427j sea comunista, pero lo que prima es la corriente de amor, odio o miedo.
Entonces, a lo que íbamos. Que cada vez que la clave principal se manifiesta, en cualquier circunstancia, se manifiestan igualmente los patrones vibratorios mágicamente asociados. De entrada, la propia manifestación espacio temporal de Y (la original, digamos) se verá asaltada por estas corrientes. Pero, igualmente, cada vez que un tercero invoca la clave vibratoria principal Y» se verán atraídas las vibraciones del añadido «X» hacia el punto en el cual están siendo invocadas.
Resumiendo, que cuando pensamos en H-427j, estamos invocando su clave vibratoria, única e intransferible. Y cuando pensamos algo malo de H-427j, estamos asociando a su clave vibratoria un patrón de maldad. (O en su caso de bondad, como cuando pretendemos «enviar amor»)
La intensidad de la asociación depende de la intensidad y duración del pensamiento, y de la eventual intervención de ciertos rituales mágicos. Pero, principal y frecuentemente, la verbalización, en voz alta, del maligno pensamiento. Con la verbalización, la asociación se vuelve más poderosa. Pero, si además es escuchada por un auditorio, el patrón de maldad crece. Y crece exponencialmente a medida que cada miembro del auditorio replica a su vez el maligno patrón.
Nótese que en la vida cotidiana, el maldiciente cuenta con un auditorio relativamente reducido, cuatro amiguetes tomando unos vinos, o una familia en la cena de Nochebuena. Los auditorios se vuelven especialmente poderosos en los contextos de líderes predicando a sus seguidores, sean éstos de tipo religioso o político o similares.
Entonces se forma en el astral un poderoso patrón maligno asociado a una clave vibratoria individual. Y, dónde quiera y como quiera que se manifieste, o se invoque, esta clave individual, el patrón maligno a ella asociado se verá atraído y manifestado igualmente.
Pero estos patrones asociados no son eternos ni inamovibles. Al contrario. Otras personas pueden «pensar bien», pueden asociar patrones benignos a la misma clave vibratoria personal. O en cualquier caso, los patrones pueden ser de otra naturaleza y anularse, o debilitarse mutuamente.
Nótese que estos principios son usados en ciertos rituales mágicos donde se intenta extraer la clave vibratoria individual a través de una fotografía, un mechón de pelo, o unos calzoncillos. A continuación se asocia la clave vibratoria a un evento que se quiere forzar en contra, o a favor de la persona referenciada.
Igualmente, muchos videntes, por ejemplo, que buscan a personas desaparecidas, también intentan conectar con la clave vibratoria individual a través de una prenda, o de un objeto que haya estado en intenso contacto con el desaparecido.
Tres cuartos de lo mismo para los médiums que invocan a difuntos, a partir de la clave vibratoria personal del fallecido que, supuestamente, se mantiene en el «más allá». Y supuestamente se mantendría en una hipotética reencarnación. La clave vibratoria personal sería el hilo conductor que relaciona cada encarnación con la precedente.
Puede ser. Pero también es posible, es de esperar, la aparición de formaciones astrales asociadas a una clave personal que no sean la persona propiamente dicha. Puede ser que el medium sintonice, no con la persona propiamente dicha, o lo que queda de ella después de la muerte, sino con este tipo de formaciones alimentadas por el pensamiento de terceros, o los propios familiares de la víctima que ansían el contacto.
Hace falta, pues , mucho sentido del humor para meterse a investigar estos campos, si no fuesen ya suficientemente complicados los humanos de carne y hueso 😉.
En general, cuando conocemos a alguien nuestros recuerdos ya portan su clave vibratoria. A continuación, cuando «pensamos» estamos poniendo en juego nuestro poder creador, asociando la clave vibratoria a eventos, cualidades, emociones de tipo especulativo, y conformando el patrón vibratorio asociado X que queda circulando con mayor o menor energía en el astral.
Por ejemplo:
«Es idiota»,
«Es un pederasta» «es un crítico insoportable»
«Le odio»
«Ojalá que caiga fulminado por un rayo»…
O en clave positiva…
Especialmente dignos de mención son las claves vibratorias de los líderes. Lideres que quizá hemos conocido personalmente, y adquirido un contacto directo con su clave.
Pero más digno de mención son los líderes que no hemos llegado a conocer, más que a través de terceros. Y que a lo mejor no han existido nunca.
Pues ¿Que relación existe entre mis pensamientos sobre Buda o Cristo y el personaje real, si es que realmente existió?
Y si puedo pensar y sentir con relación a un personaje que nunca existió… ¿Qué valor le queda a la hipótesis de la clave vibratoria personal? 🤔🤔
Entonces ¿es cierto todo esto?
Bueno, yo siempre le he dado bastante credibilidad. Y me he cuidado de asociar las claves vibratorias de mis próximos a patrones malignos. También he practicado, creído practicar, el «envío» de pensamientos de amor y energía curativa.
Con los años me he vuelto un poco escéptico. Sigo practicando el mantram de trasmisión de amor pero creo que la transferencia se hace principalmente al contacto físico e informacional. No voy a negar todo el mecanismo de transmisión, pura y duramente, a través del astral. Pero, cuando «enviamos» un pensamiento de amor o de odio hacia alguien el pensamiento se puede quedar en la «bandeja de salida» esperando la apertura de un canal de comunicación, físico o astral.
Por ejemplo, cuando le tenemos físicamente delante o al teléfono. Entonces, el pensamiento prefabricado y almacenado se transmite a través de la mirada, expresión facial y corporal, tono de voz … el discurso y modo de comportarnos.
Todo lo cual ya es en sí motivo suficiente como para cuidar nuestros pensamientos del mismo modo que si realmente se transmiten a través del Astral.
«Ojos que no ven corazón que no siente» reza el dicho popular.
Y la verdad es que con frecuencia, nuestros más cercanos amigos nos están traicionando, maquinando maldades a nuestras espaldas… y no nos enteramos.
Todo depende de la sensibilidad de cada cual, por supuesto…
Me temo que, aparte de los videntes cualificados, tampoco podemos discernir, por ejemplo, a quién pertenece un objeto que, supuestamente estaría impregnado de su clave vibratoria. Ni siquiera podemos adivinar a quien pertenece una voz, ni menos aún un texto escrito, relacionarlos quiero decir cuando se perciben por separado. De modo que la hipótesis de la clave vibratoria personal queda, aunque pueda explicar algunos eventos, un poco en entredicho.
Tampoco queda muy claro que podamos establecer un contacto telepático básico invocando la clave vibratoria de una persona. Incluso, aunque posible por parte de unos pocos psíquicos, si la mayoría de la gente no dispone de estas facultades, no nos resulta de mucha utilidad.
Enfoque Maxheindeliano
A continuación un interesante texto de Max Heindel. La primera vez que lo leí me encantó, tanto así que lo mecanografié con mi vieja olivetti:
Una máxima oculta dice que «una mentira es a la vez criminal y suicida en el Mundo del Deseo». Las enseñanzas de los Hermanos Mayores contenidas en el Concepto Rosacruz del Cosmos explican la idea de que dondequiera que ocurre un suceso, una forma de pensamiento determinada generada en el mundo invisible toma registro del incidente. Cada vez que se comenta el suceso o es examinado, se crea una nueva forma de pensamiento que se infunde con la primitiva y la robustece, siempre que las dos sean verdaderamente de la misma vibración. Pero si se dice una cosa incierta acerca de lo sucedido, entonces las vibraciones de la original y las de la repetición no son idénticas y el resultado es que se embisten y luchan destrozándose mutuamente. Si la forma de pensamiento buena y verdadera es suficientemente fuerte conseguirá el dominio de la situación y aniquilará a las formas de pensamiento basadas en una mentira y consecuentemente el bien vencerá al mal, pero cuando los pensamientos embusteros y maliciosos son los más fuertes pueden vencer a la forma de pensamiento buena del suceso correspondiente y demolerla. Después de esto se combatirán entre sí y todo a su vez será aniquilado.
Todo evento vital genera un reflejo electromagnético en el mundo del deseo (o mundo astral, o invisible). Y toda referencia, habladuría o crítica sobre tal evento genera nuevas energías astrales que se asocian con con las preliminares, influyendose mutuamente. Cada persona se rodea pues de una envoltura energética como reflejo de lo que es realmente, de lo que dice, de lo que piensa… Pero, al mismo tiempo, también genera energías, lineas de fuerza, relacionadas con sus semejantes. Cada vez que alguien piensa algo de un vecino genera una imagen-pensamiento, un conglomerado de energías astrales que influye en la envoltura del destinatario.
Liderazgo y maledicencia
Vamos a volver a los líderes. Porque todo este mecanismo de la maledicencia, con todas sus negativas connotaciones en el astral…
¿No lo practican también, y sobre todo, los buenos líderes espirituales? ¿No «piensan mal» de los demás? ¿No piensan de sus convecinos que son pecadores, en el mejor de los casos recuperables, cuando no perdidos irremediablemente para el infierno?
El propio autor del texto, ¿No piensa mal de los que piensan mal de otro? ¿No hace peor a su hermano crítico cuando a su vez le critica? ¿No nutre su mente de malos pensamientos? ¿No habla mal de los que hablan mal?
¿No, procura, con todas sus fuerzas, que los demás continúen pensando mal de los que piensan mal y continúen hablando mal de los que hablan mal?
Veamos cómo se expresa, por ejemplo, el protagonista de la leyenda evangélica:
«Vosotros [fariseos] sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer (Juan, 8:44)»
«De cierto os digo [a los lideres sacerdotales], que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.» (Mateo 21:31)
«Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Así también vosotros, de fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres; mas de dentro, llenos estáis de hipocresía e iniquidad.» (Mateo 23:27,28)
No se anda con muchas lindezas 😃. Y considerando que Jesucristo (o la literatura evangélica, si se prefiere) es guía de numerosos gurús ya podemos ir esperando lo propio.
En cualquier caso, ¿ qué podemos hacer cuando a nuestros queridos líderes se les va la olla, empezando a comportarse de un modo extraño, o se vuelven tiránicos y abusadores?
¿No habrá que criticarles? ¿No habrá que advertir a nuestros prójimos que se anden con cuidado?
De nuevo, lo que parecía una regla de oro, impregnada de gran verdad y sabiduría, comienza a escurrirse de entre nuestras manos.
Es de recordar que, Leadbeater, el supuesto autor o coautor del texto fue acusado de pederastia, y abusos contra los hijos de sus seguidores, de la sociedad teosófica. Por los cuales, no cabe duda, sentiría un intenso amor…
Naturalmente, fue «víctima» de una importante ola de maledicencia entre propios y extraños.
Pero ¿Qué otra cosa podrían hacer?
Si releemos el párrafo previo pensando que ha sido redactado por un pederasta que sufre de la maledicencia de las víctimas y de sus familiares… y proclama que no se debe hablar mal de los demás… Se entiende desde una nueva luz…
Pero entonces… ¿Qué hacemos con el «no criticarás»? ¿Nos sirve de algo la receta? ¿Quizá sea mejor investigar y divulgar sin descanso los defectos de nuestros prójimos?
Tipos de critica
Se intuye que hay una gran verdad, en el precepto, pero quizá haya que diferenciar tipos y tipos de crítica. Quizá haya una crítica constructiva y otra destructiva. Quizá positiva y negativa… En cualquier caso queda pendiente un par de vueltas de tuerca a este concepto.
Hay varios aspectos. Por ejemplo, si lo que se crítica es la persona o su conducta, o ciertos aspectos de su conducta. Luego si es verdadera o no.
La crítica a la persona debe basarse en «hechos», hechos conductuales, por supuesto. Y los hechos pueden ser ciertos o falsos, o en general, probables. La crítica puede ser más o menos parcial o global. Quiero decir que cada persona tiene sus cosas buenas y menos buenas. Airear los malos comportamientos al tiempo que se ningunean los buenos, en cierto modo, puede ser una descripción verdadera, pero resulta incompleta, y el resultado final no es un cuadro verídico de la persona cuestionada.
Luego hay conductas de tipo «técnico», de medios con arreglo a fines: Si alguien va a dar un trago a una fuente de agua podemos criticarle avisándole de que la fuente está contaminada y que casi mejor que beba de otro sitio.
De modo similar, a un bebedor podemos criticar su conducta alegando que el alcohol es malo para esto o lo otro o peligroso al volante.
El maestro, encargado de nuestro aprendizaje, en la materia que sea, matemáticas, idiomas, música… debe criticarnos, si hacemos mal los deberes, si no demostramos asimilar correctamente las lecciones.
En suma, podemos criticar los medios para llegar a un fin concreto, suponiendo que el interesado está conforme con el fin. O también, podemos criticar los Fines en sí mismos.
Luego está la utilidad de la crítica, si, por ejemplo, la conducta criticada es subsanable. Una cosa es criticar los hábitos alimenticios de una persona, y otra muy distinta criticar rasgos inmutables como el aspecto físico, una cojera, una discapacidad, o el color de la piel.¿ Es una crítica decir por ejemplo que Y es negro? En principio no. Pero la expresión puede ir formulada en un contexto de odio a los negros, con lo cual el elemento clave no está en el color de la piel sino en las emociones asociadas
Otra cosa es la maledicencia propiamente dicha. O sea, divulgar a terceros la crítica con la intención de que la compartan y divulguen.
También tenemos casos y casos. Si se ha de elegir a una persona para un cargo de responsabilidad, es comprensible, incluso deseable que se pongan sobre la mesa todos los defectos del interesado en cuestión y que pudieran afectar a la correcta ejecución del cargo. Las desviaciones sexuales citadas más arriba pueden ser un ejemplo, para personas encargadas del cuidado de niños.
Homicidas, cleptomanias, psicopatías, en fin sobran ejemplos. Tanto para cargos públicos como para instituciones privadas, pongamos el matrimonio, por ejemplo.
Entonces, como venimos señalando habitualmente: la crítica y maledicencia resultan cuestionables, sí. Pero no en términos absolutos. También tenemos contextos en los que su uso pudiera ser apropiado.
Lo importante, como siempre, el discernimiento. Discernimiento del sistema de líneas de fuerza que nos envuelve al momento de hablar de los demás.
Normalmente ya nos damos cuenta. Nuestra conciencita nos avisa cuando estamos criticando a alguien con afecto, o con envidia, o resentimiento, o similares.
De nuevo nos quedamos sin recetas firmes. No queda otra que observar con atención lo que es, los sistemas de líneas que modelan nuestra conciencia.
La crítica en Jan van rijckenborgh
Resulta interesante el enfoque rijckenborgiano, primero porque su planteamiento es muy similar al texto que estamos comentando.
«En outre, il devra commencer par refuser absolument d’emettre des pensees et des sentiments de critique et d’opposition. Tant en particulier qu’en general, l’homme, le groupe, doit commencer par eviter absolument toute critique. Pourquoi? Pour des considerations ethiques? Parce que la critique est parfois si mechante, si blessante? Non, lecteur, parce que chaque pensee ou activite emotionnelle critique eveille une radiation astrale qui lui est conforme. Quand un homme, sur la base de son etat astral, agit d’une facon incorrecte et que vous critiquez cette action, comme c’est l’habitude, vous appelez encore une fois sur cet homme le meme etat astral avec toutes ses consequences.
Cela ne peut manquer. Et le plus souvent vous recevez egalement un coup de bec. Ceci revient a employerdes armes. Parleurs pensees et lsentiments de critique les hommes se livrent donc de perpetuels assauts.» (Jvr- La gnose chinoise)
JvR nos dice que cuando criticamos la conducta de alguien activamos una radiacion astral que refuerza la conducta criticada. Es más o menos lo que decía el texto:
Si en el ser en quien pensáis existe el mal que le atribuís, lo vigorizáis y alimentáis; y así, hacéis peor a vuestro hermano en vez de hacerlo mejor. Pero, si generalmente el mal no existe en él y tan sólo lo habéis imaginado, entonces vuestro maligno pensamiento tienta a vuestro hermano y lo induce a obrar mal, porque, si no es todavía perfecto, podéis convertirlo en aquello que de él habéis pensado.
Tampoco JvR nos resuelve la contradicción que supone «criticar a los críticos». En la misma linea podemos suponer que cuando criticamos a un critico activamos una radiación astral que refuerza la conducta crítica del crítico.
Por otra parte, tambien encontramos en JvR esa preocupación por las críticas hacia su trabajo, hacia su escuela espiritual:
«Entourer de critiques l’Ecole Spirituelle et ses travailleurs est
l’arme tre’s ancienne que ses adversaires ont porte contre elle au
cours des sie’cles. Si l’on fait cela chaque jour ne serait-ce que
cinq minutes, une nuèe de difficultés s’abattent sur l’Ecole»
Pero, ostras, que pretende JvR, ¿que nos creamos sin más todo lo que nos cuenta? No parece muy serio. Incluso se contradice consigo mismo cuando dice aquello de «no creas nada que no entiendas«.
Tampoco se trata de que uno se convierta en un malvado adversario por el mero hecho de pensar diferente. Una honesta búsqueda de la verdad, en grupo, supone manejar honestamente los diferentes puntos de vista. Incluso cuando alguien pretenda ser infalible no puede esperar que otros lo asuman. ¿o sí?
Bueno, lo dejamos así, de momento, a ver si terminamos con el texto.